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España España · Barcelona
Voto de JulesVincent:
7
Ciencia ficción. Thriller. Terror Seis miembros de la tripulación de la Estación Espacial Internacional están a punto de lograr uno de los descubrimientos más importantes en la historia humana: la primera evidencia de vida extraterrestre en Marte. A medida que el equipo comienza a investigar y sus métodos tienen consecuencias inesperadas, la forma viviente demostrará ser más inteligente de lo que cualquiera esperaba. (FILMAFFINITY)
12 de noviembre de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si metes una rana dentro de un cazo de agua fresca y vas calentando progresivamente y muy poquito a poco el agua hasta que llegue al punto de ebullición, seguramente la rana apenas se dará cuenta de lo que le está sucediendo y acabará muriendo bien hervida dentro del cazo. Si por el contrario te esperas a meter la rana en el cazo una vez que el agua ya esté hirviendo, el anfibio saltará inmediatamente al contacto con el agua y se irá de ese infierno. Pues eso es lo que les ocurre a los protagonistas de esta película, todos ellos comportándose como ranitas y sapitos orgullosos de haberse conocido en su cazo de agua fresca mientras juguetean con su nueva mascotita cuales niños exhibiendo sus adquisiciones navideñas, ilusos todos ellos de la progresión geométrica que va experimentando la evolución de su bichito particular al que se atreven incluso a apadrinar y nombrar con especial retintín y sonsonete merecedor de colleja y soplamocos. Todo un equipo de experimentados y sesudos profesionales sumidos en un peligroso letargo, anestesiados por el gran alcance de su descubrimiento y el enorme tamaño de sus pollas, dispuestos a chupársela los unos a los otros y los otros a los unos mientras el tal Calvin sigue creciendo y creciendo y riéndose de todos ellos en su cara. Y así pasan las horas y los días, jugueteando con él y dándole cancha, metiéndole los deditos y las manitas en las narices hasta que finalmente la jodienda ya no tiene enmienda y la mascotita ha ganado suficiente terreno para empezar a campar a sus anchas por la nave y poner el agua del cazo a hervir a toda pastilla.

Estúpidas todas esas personas que no supieron ver el peligro hasta que no se hizo tremendamente evidente con la primera extremidad reventada. Y estúpida aquella primera persona que olió con antelación cómo todo se podría acabar yendo de madre y no solo no intentó remediarlo antes de que ocurriera sino que pagó su pecado con una especie de implosión orgánica inversa a las incubaciones de Ridley Scott en su Alien de toda la vida.

En efecto, es inevitable comparar en todo momento esta película con "Alien, el octavo pasajero", tanto en forma como contenido, pero no resulta ni un calco ni un remake ni tampoco necesita de la existencia de aquélla para rendir bien en pantalla. Goza de la suficiente personalidad y aporta la suficiente droga para entretener y enganchar, resultando vistosa en sí misma, aunque Alien no hubiera existido nunca. Por momentos resulta ciertamente estúpida por contagio de sus personajes, pero una vez nos alejamos de la exigencia del "tómatelo en serio", el asunto gana enteros, todo y que el monstruito de turno llegue a resultar odioso en sí mismo, desde el nombre que le ponen hasta la burlesca forma con la que encontrar los resquicios para escapar y mantenerse con vida. De alguna manera el director hipertrofia el recochineo de sus actos y le dota de personalidad fatua y petulante, digna del asqueroso arrogante dispuesto a pisarte la cabeza y pregonarlo a los cuatro vientos mientras se te mea en la cara. Magnífica rata de alcantarilla y cucaracha infecta que siempre se saldrá con la suya para castigo de la humanidad.

¿Quizá signifique que nuestras ansias de control y dominio de lo ingobernable acaban casi siempre volviéndose contra nosotros? ¿Quizá hayamos de frenar en nuestro concepto de "éxito" para no salir escaldados con el rabo entre las piernas? Puede ser, pero los cientos de millones de años de evolución de las cosas quizá no se puedan acelerar pedantemente a nuestra voluntad y capricho en unos cuantos días de trabajo, por mucho que nos empeñemos. ¿O sí?
JulesVincent
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