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Voto de Guillermo01:
5
Ciencia ficción. Aventuras Último capítulo de la trilogía de precuelas de Star Wars, en el que Anakin Skywalker definitivamente se pasa al lado oscuro. En el Episodio III aparece el General Grievous, un ser implacable mitad-alien mitad-robot, el líder del ejército separatista Droid. Los Sith son los amos del lado oscuro de la Fuerza y los enemigos de los Jedi. Fueron prácticamente exterminados por los Jedi hace mil años, pero esta orden del mal sobrevivió en la clandestinidad. (FILMAFFINITY) [+]
27 de julio de 2006
6 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Después del universal vapuleo recibido por "La Amenaza Fantasma" y "El Ataque de los Clones" (vaya título de película de serie B), el sr. George Lucas quiso vengarse de la afrenta recibida y concluir su trilogía con una cinta que la elevara por todo lo alto, hasta una galaxia lejana, muy lejana... La pregunta es, ¿lo consiguió?

Más o menos. "La Venganza de los Sith" repite los mismos errores de las dos cintas anteriores: guión frágil, conflicto central mal llevado (¿es así como un Jedi pasa al Lado Oscuro?... haberlo sabido antes), personajes desaprovechados (léase Conde Dooku, General Grievous, y toda la tribu wookie), parlamentos ridículos (en ese aspecto la escena de Anakin mirando a Padme peinarse es memorable), actores disforzados con nula empatía (Hayden Christensen y Natalie Portman siguen haciendo el tonto), y un largo etcétera.

Su única virtud: todos esos errores se reducen sustancialmente. En verdad, se nota un esfuerzo general de todo el equipo (director incluido) por hacer las cosas de la mejor manera, cosa que en las anteriores entregas resultaba imperceptible (si alguien se lleva el premio al esfuerzo, es el sr. Ian McDiarmid, que compone un Palpatine lo suficientemente siniestro). Quedan un par de secuencias para el recuerdo: el ingreso de Anakin al Templo Jedi (incluida una perturbadora escena con los "younglings"), y el epílogo del duelo final, con un carbonizado Anakin dando más lástima que nunca (allí fue donde Hayden Christensen logró ser un buen actor, lamentablemente sólo por escasos segundos).

A todo esto se añade el ontológico (y un poco morboso) gusto de ver toda una era caer en la extinción. En resumen, un final pasable para la trilogía (¿o "hexalogía"?) en la que George Lucas demostró que, como cineasta, es un excelente productor.
Guillermo01
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