Para bien o para mal, soy uno de esos espectadores que, al elegir una película, se mantienen fieles a ciertos realizadores. A su manera de dirigir y contar historias. O a lo que quiera que sea lo que hace, en ocasiones como ésta, Fernando Colomo. Lo suyo generalmente suele ser la comedia de vocación popular, encauzada de peor o mejor manera, y con una trayectoria tan irregular y cambiante como podría ser la de Emilio Martínez Lázaro ('Ocho Apellidos Vascos', 'El otro Lado de la Cama').
'La Tribu' (2018, Fernando Colomo) ni siquiera es la muesca más vergonzosa en la filmografía de Colomo, pero ni de lejos es tampoco lo que me esperaba tras ilusionarme con un chispazo de vida tan mediterráneo y fresco como fue 'Isla Bonita'(2015, Fernando Colomo).
No es porque deteste el machacante fondo sonoro que Colomo emplea al son del reggaeton -y eso que llaman música urbana (¿?)- para ilustrar la irrelevante hazaña de un grupo de marujas que bailaron en un concurso televisivo, ni me inquieta que Paco León, tratando de embutirse en el mismo traje que Harrison Ford en 'A propósito de Henry' (1991, Mike Nichols), sea incapaz de discernir entre lo que significa interpretar a un cabrón que sufre amnesia transitoria, y se convierte en buena persona, o comportarse directamente como un subnormal (con perdón). Cabe suponer que a los seguidores de la horripilante sitcom 'Aída' les alegrará ver cómo Carmen Machi y Paco León se reúnen varios años después para defender unos gags tan sonrojantes e idiotas como los que perpetraban por aquel entonces. He de confesar que mi única motivación para acercarme a esta cosa era comprobar si Colomo aprovecharía su reciente resurrección para rodar algo medianamente estimulante, que venciese a mis prejuicios y falta de interés en los hechos reales que dan pie a la ficción. No es la primera vez que meto la pata.