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Voto de antonio lopez herraiz:
7
Ciencia ficción. Acción. Thriller Siguiendo un programa altamente secreto, el ejército está trabajando con cadáveres a los que transforma en soldados invencibles. Una pareja de reporteros se aproxima a la base en la que se realiza el experimento y toma fotografías del lugar.
24 de junio de 2023
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como en la primera mitad de los 80, la explotación del cine de guerreros cibernéticos o cualquier modificación robótica rebrotaba a inicios de los 90 gracias al pelotazo de la misma franquicia y mismo director: supongo que no hace falta aclarar que hablo de 'Terminator' y James Cameron producidas por un Mario Kassar de nuevo implicado aquí con su Carolco.
Roland Emmerich no pudo resistirse a la tentación de subirse al carro del cybertech testosterónico atando a las correas a dos de las mayores estrellas del cine de acción del momento -estrellas que no fuesen Willis, Stallone o Schwarzenegger, se entiende-: Jean Claude Van Damme y Dolph Lundgren, tan sólidos acaparando el protagonismo destroyer -JCVD complementándose con la complicidad sidekicker de Ally Walker ('Sons of Anarchy') mientras Lundgren iba a lo suyo con las orejas humanas- no resultando menos convincentes interpretativamente que cuando fingieron que se peleaban en el Festival de Cannes para promocionarse (una estrategia ideada por el belga y corroborada por ambos) y, de paso, burlarse un poco y tomar el pelo a los cursis que suelen frecuentar esos eventos.
El culturista Ralf Moeller no goza ni de la mitad del protagonismo que sus dos estrellas principales aunque lo supla con el triple de músculos. Y todavía es menor el papel de los soldados congelados Eric Norris o Simon Rhee.
Un juguete sudoroso puramente noventero de más señas de identidad afines a la firma de su productor que a la de Emmerich (o al menos ninguna ciudad del mundo es destruída catastróficamente ni salen portales interdimensionales). Pero.. ¡ey! Hay una gasolinera que explota: es una muestra de prueba de las habilidades pirotécnicas que el director demostraría más adelante.
Lo que no ha cambiado es la querencia de Roland para armar de potencial cómico y chusco a los personajes sureños estadounidenses.
Un auténtico clasico de los 90...
"¡Está licenciado, sargento!"
antonio lopez herraiz
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