Media votos
7,8
Votos
1.391
Críticas
273
Listas
61
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Mis críticas favoritas
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de davilochi:
10
7,9
14.854
Ciencia ficción. Drama. Intriga
En un lugar de Rusia llamado "La Zona", hace algunos años se estrelló un meteorito. A pesar de que el acceso a este lugar está prohibido, los "stalkers" se dedican a guiar a quienes se atreven a aventurarse en este inquietante paraje. (FILMAFFINITY)
28 de febrero de 2010
20 de 23 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los planos del principio son de lo más hermoso y profundo que se ha hecho en la historia del cine. El filtro sepia es de una belleza sublime que cada vez que aparece remueve el alma, le da una intensidad decadente que el blanco y el negro no habrían podido alcanzar. En esto se diferencia un genio de la mediocridad: en saber tomar a cada momento la decisión correcta, aquella que hará que el receptor del arte quede absorvido y marcado de un modo indeleble. Nada de lo que yo diga podría destripar los descubrimientos que uno hace en torno a la vida y en torno a sí mismo a la hora de ver esta película, es por ello que yo recomendaría no leer ninguna de estas críticas antes de visionar el film. "La verdad nace de la discusión". Hasta aquí no he dicho nada. Si has tenido la fortuna de cruzarte con esta película y decides verla llevado por un impulso similar al que llevó al profesor y al escritor a ponerse en manos del Stalker adéntrate en ella por ti mismo, déjate llevar por tu intuición, deja que la atmósfera te absorva y los diálogos te arrastren en la inmensidad de tí mismo y de lo que te rodea. Ver Stalker es comenzar un viaje sin un final claro, aún después de haber finalizado la película, aún después de haberla vuelto a ver una y otra vez... Es el viaje que nunca termina, es la lucha por la vida misma.
Para cuando Tarkovsky filmó Stalker ya había visto suficientes cosas (desestalinización, Budapest 1956, Praga 1968) y había sufrido bastante la censura y trabas puestas por el Estado soviético a su obra. Los factores que condicionaron su capacidad de expresión siempre engrandecerán su cine pero por mucho que algunos quieran imaginarlo está claro que no hubiera habido Tarkovsky sin la Unión Soviética, ni tan siquiera algo mejor o peor. Él es deudor de sus circunstancias y fue partiendo de ellas como consiguió alcanzar el grado de excelencia artística que logró. Sus películas siempre son extraordinariamente autobiográficas, como toda obra artística (la completa abstracción del artista, la alienación respecto a sí mismo es una utopía que sólo algunos quieren creer).
Seguiré en el spoiler con algo de interpretación en torno al film:
Para cuando Tarkovsky filmó Stalker ya había visto suficientes cosas (desestalinización, Budapest 1956, Praga 1968) y había sufrido bastante la censura y trabas puestas por el Estado soviético a su obra. Los factores que condicionaron su capacidad de expresión siempre engrandecerán su cine pero por mucho que algunos quieran imaginarlo está claro que no hubiera habido Tarkovsky sin la Unión Soviética, ni tan siquiera algo mejor o peor. Él es deudor de sus circunstancias y fue partiendo de ellas como consiguió alcanzar el grado de excelencia artística que logró. Sus películas siempre son extraordinariamente autobiográficas, como toda obra artística (la completa abstracción del artista, la alienación respecto a sí mismo es una utopía que sólo algunos quieren creer).
Seguiré en el spoiler con algo de interpretación en torno al film:
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
Ver todo
spoiler:
Varias frases muestran críticas veladas a la situación en la Unión Soviética, pero también a la decadencia espiritual en que se estaba sumiendo a marchas forzadas el mundo moderno. Todo el cine de Tarkovsky parece como una nota a pie de página de Andrei Rubliov, donde expone sus dudas, sus certezas y sus frustraciones. Veamos sino algunas frases de la película. "La prisión para mí está en todas partes" o "Lo que se vuelve demasiado duro no puede triunfar". Está claro que está reflejando la situación de opresión angustiosa que no sólo el artista, sino el ciudadano corriente sufría en la URSS. Pero no hacía falta centrarse en la URSS para encontrar seres humanos que se imponen a sí mismos los barrotes de una cárcel, la dureza de un árbol viejo (que al fin y al cabo no dejan de ser lo mismo). El cine de Tarkovsky no es moralizante. Hay que agradecer a hombres cómo éste que hayan confiado lo suficiente en el género humano como para otorgarle su obra y su reflexiones, dejándonos a nosotros un margen para la interpretación de éstas en nosotros mismos y en nuestro entorno. Este es cine inteligente. No es para todos los gustos, creer algo así es utópico.
"No pienso demasiado, no es bueno para mí". He aquí el principio del tormento del hombre: su propio pensamiento y su capacidad de reflexionar en torno a lo que es y lo que acontece en torno a sí. La razón que nos ha esclavizado. Tarkovsky retoma un debate que preocupaba a la intelectualidad rusa desde el siglo XIX: como la razón y el progreso convierten al ser humano a una nueva forma de esclavitud. El progreso de la ciencia ha creado monstruos y ha racionalizado la realidad hasta un punto de deshumanizar la propia vida, de relativizarlo todo, hasta el punto de hacer la vida de los conscientes "insufriblemente aburrida".
"El presente y el futuro son ahora una misma cosa". La obra es pesimista, no deja mucho lugar para la esperanza, ni mucho menos sus decadentes planos en un paisaje industrial. Sin embargo, cuando se discute la naturaleza y el origen del verdadero deseo se superó una barrera que pocos artistas han logrado cruzar: la de hacer al ser humano dudar de sí mismo, de su propio ser y de todo lo que éste conlleva. El deseo más profundo puede acabar destruyéndonos, porque tememos nuestra naturaleza débil y voluble. Tememos nuestra naturaleza humana, es decir, todo lo que somos.
Por más que diga nunca pensaré que he hecho justicia a esta película. Sin embargo me alegro de haber compartido mis reflexiones con vosotros, amigos.
"No pienso demasiado, no es bueno para mí". He aquí el principio del tormento del hombre: su propio pensamiento y su capacidad de reflexionar en torno a lo que es y lo que acontece en torno a sí. La razón que nos ha esclavizado. Tarkovsky retoma un debate que preocupaba a la intelectualidad rusa desde el siglo XIX: como la razón y el progreso convierten al ser humano a una nueva forma de esclavitud. El progreso de la ciencia ha creado monstruos y ha racionalizado la realidad hasta un punto de deshumanizar la propia vida, de relativizarlo todo, hasta el punto de hacer la vida de los conscientes "insufriblemente aburrida".
"El presente y el futuro son ahora una misma cosa". La obra es pesimista, no deja mucho lugar para la esperanza, ni mucho menos sus decadentes planos en un paisaje industrial. Sin embargo, cuando se discute la naturaleza y el origen del verdadero deseo se superó una barrera que pocos artistas han logrado cruzar: la de hacer al ser humano dudar de sí mismo, de su propio ser y de todo lo que éste conlleva. El deseo más profundo puede acabar destruyéndonos, porque tememos nuestra naturaleza débil y voluble. Tememos nuestra naturaleza humana, es decir, todo lo que somos.
Por más que diga nunca pensaré que he hecho justicia a esta película. Sin embargo me alegro de haber compartido mis reflexiones con vosotros, amigos.