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Voto de davilochi:
7
6,2
6.081
Drama
Silvia es una joven marcada por una oscura infancia. Con apenas 25 años decide rehacer su vida y enfrentarse a las personas, sentimientos y emociones que la mantienen ligada al pasado. Y en su lucha contra la adversidad, contra sí misma, irá aprendiendo a controlar sus miedos y a convertirse en una mujer adulta, dueña de sus actos. (FILMAFFINITY)
29 de abril de 2011
46 de 50 usuarios han encontrado esta crítica útil
Montxo Armendáriz confesó los conflictos que tuvo que tuvo que superar durante un rodaje que duró dos años y que estuvo a punto de abandonar, afirmando que el problema reflejado en la película está mucho más extendido de lo que podríamos llegar a imaginar. De hecho el director llegó a decir que parte de la financiación para el proyecto procedió de personas de las más altas esferas sospechosas de abuso a menores, quizás con el objetivo de lavar su reputación de cara a la opinión pública. Sea como fuere el deseo de mostrar una realidad sumergida con la que podemos llegar a convivir día a día sin saberlo pudo más que los dilemas éticos de Montxo Armendáriz, y desde luego hay que reconocerle el valor que ha tenido al realizar este trabajo, tanto a él como a las personas que dieron a conocer su historia en las terapias que vemos a lo largo del film (algunos de los que hablan exponen su experiencia real).
Y digo que el trabajo del director es digno de reconocimiento porque la realización de una película como ésta puede llegar a ser mucho más complicada de lo que en un primer momento puede parecer, porque sin querer se puede caer en la lágrima fácil y el sentimentalismo. Armendáriz ha hehco una apuesta firme por el hiperrealismo total y absoluto, sin simbolismos, sin paños calientes, pero eso sí: con gran sutileza y buen gusto en la fotografía y el manejo de la cámara. El modo en que es reflejado el problema del abuso a menores - en este caso el de una joven a manos de su padre - en esta película la hace doblemente impactante: no hay ninguna escena explícita. En este sentido ha habido escenas que me han recordado en el planteamiento - salvando las distancias - a la espeluznante violación de "Paisaje en la niebla" de Angelopoulos, sin duda una de las mejores escenas que he visto en el cine, todo queda a la imaginación del espectador, lo cual hace doblemente insoportable lo planteado para el espectador.
Sin embargo el director decidió no quedarse ahí, en realidad eso habría sido lo sencillo, él quiso ir más allá, y lo cierto es que lo consigue. Una de las dudas que se le plantearon a la hora de llevar a cabo este film era la de si debía plantearlo desde la perspectiva del agresor, de la víctima o desde un término medio. Finalmente optó por la segunda opción. Así toda la película transcurre desde el punto de vista de Silvia (interpretada por una Michelle Jenner muy seria y madura), una joven que sufre desde su más tierna infancia abusos por parte de su padre, magistralmente interpretado por Lluís Homar. El hecho de que Montxo Armendáriz consiga un resultado redondo en este film se debe en buena medida a la actuación de este gran actor, quien consigue ponernos ante un serio dilema en nuestro posicionamiento ante el agresor: ¿es éste culpable? Desde luego, pero ¿es una persona consciente de lo que hace? Aquí empiezan las dudas, uno puede llegar a plantearse si acaso es una persona enferma incapaz de controlar esos impulsos.
Y digo que el trabajo del director es digno de reconocimiento porque la realización de una película como ésta puede llegar a ser mucho más complicada de lo que en un primer momento puede parecer, porque sin querer se puede caer en la lágrima fácil y el sentimentalismo. Armendáriz ha hehco una apuesta firme por el hiperrealismo total y absoluto, sin simbolismos, sin paños calientes, pero eso sí: con gran sutileza y buen gusto en la fotografía y el manejo de la cámara. El modo en que es reflejado el problema del abuso a menores - en este caso el de una joven a manos de su padre - en esta película la hace doblemente impactante: no hay ninguna escena explícita. En este sentido ha habido escenas que me han recordado en el planteamiento - salvando las distancias - a la espeluznante violación de "Paisaje en la niebla" de Angelopoulos, sin duda una de las mejores escenas que he visto en el cine, todo queda a la imaginación del espectador, lo cual hace doblemente insoportable lo planteado para el espectador.
Sin embargo el director decidió no quedarse ahí, en realidad eso habría sido lo sencillo, él quiso ir más allá, y lo cierto es que lo consigue. Una de las dudas que se le plantearon a la hora de llevar a cabo este film era la de si debía plantearlo desde la perspectiva del agresor, de la víctima o desde un término medio. Finalmente optó por la segunda opción. Así toda la película transcurre desde el punto de vista de Silvia (interpretada por una Michelle Jenner muy seria y madura), una joven que sufre desde su más tierna infancia abusos por parte de su padre, magistralmente interpretado por Lluís Homar. El hecho de que Montxo Armendáriz consiga un resultado redondo en este film se debe en buena medida a la actuación de este gran actor, quien consigue ponernos ante un serio dilema en nuestro posicionamiento ante el agresor: ¿es éste culpable? Desde luego, pero ¿es una persona consciente de lo que hace? Aquí empiezan las dudas, uno puede llegar a plantearse si acaso es una persona enferma incapaz de controlar esos impulsos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Lo cierto es que llega un momento de la película en que uno puede llegar a sentir verdadera lástima por el personaje del padre, una lástima acidificada por el asco y el rechazo hacia lo que éste hace a su hija. Sin embargo él la quiere con locura, eso es indudable, de modo que lo que le hace a ella se lo está haciendo a sí mismo. De hecho la propia Silvia lo expresa con bastante claridad: "¿Cómo la persona que más me ha querido ha podido ser la misma que me ha destrozado la vida? No puedo entenderlo". El tipo de conflictos que plantea la película son del máximo nivel, verdaderamente dramáticos en tanto que reales. Sin embargo el fantástico final trata de plantear una respuesta a las preguntas que planteábamos más arriba. Cuando Silvia va a ver a su padre a la consulta y trata de que éste le sostenga la mirada sin parpadear tal y como éste le había enseñado desde pequeña por primera vez es ella la que gana cuando su padre se ve obligado a retirarla, lo cual nos hace pensar que de algún modo comprende el daño que ha hecho y no soporta la vergüenza, prefiriendo huir.
Por otro lado está el papel de Belén Rueda, quien una vez más se nos muestra como lo que es: una actriz que se adapta sin problemas a cualquier papel llevando a cabo actuaciones que van desde lo notable hasta lo brillante, a partir de ahí depende del gusto de cada cual. El conflicto entre Silvia y su madre está reflejado de un modo brillante, la propia protagonista le dice a su madre en cierto momento de la película que en el momento en que se separó de su padre y rechazó llevársela con ella pensó que la odiaba. De hecho la madre es incapaz en todo momento de asumir o reconocer el drama en que vive su hija y, sin lugar a dudas, en este momento se cumple aquel refrán de que "no hay más ciego que el que no quiere ver", porque es cierto que llegamos a observar cierto rechazo de la madre hacia su hija, por la cual de forma inconsciente se siente suplantada en la relación con su marido. ¿Qué puede haber más dramático para una mujer que el hecho de sentirse incapaz de satisfacer a su marido y, además, que la única persona capaz de satisfacer las fantasías de éste sea tu propia hija? Desde luego que la mayor parte de las madres en esta situación reaccionarían de un modo opuesto, pero esta es una manifestación más de un drama poliédrico.
Por acabar - aunque se podrían comentar muchas más cosas - otro de los aspectos que refleja la película son los agujeros negros a los que da lugar el abuso de menores: todo aquel que lo sufre acaba sumido en algún tipo de desorden mental que, de uno u otro modo, no sólo lo afecta a él, sino también a su entorno próximo. Se ve en las propias terapias: anorexia, trastorno de la personalidad, algunos grados de esquizofrenia, drogodependencia, alcoholismo, etc.; por no hablar de las innumerables manías y traumas a las que una persona así se tendrá que enfrentar a lo largo de su vida (así como los que unan sus destinos a ella).
Por otro lado está el papel de Belén Rueda, quien una vez más se nos muestra como lo que es: una actriz que se adapta sin problemas a cualquier papel llevando a cabo actuaciones que van desde lo notable hasta lo brillante, a partir de ahí depende del gusto de cada cual. El conflicto entre Silvia y su madre está reflejado de un modo brillante, la propia protagonista le dice a su madre en cierto momento de la película que en el momento en que se separó de su padre y rechazó llevársela con ella pensó que la odiaba. De hecho la madre es incapaz en todo momento de asumir o reconocer el drama en que vive su hija y, sin lugar a dudas, en este momento se cumple aquel refrán de que "no hay más ciego que el que no quiere ver", porque es cierto que llegamos a observar cierto rechazo de la madre hacia su hija, por la cual de forma inconsciente se siente suplantada en la relación con su marido. ¿Qué puede haber más dramático para una mujer que el hecho de sentirse incapaz de satisfacer a su marido y, además, que la única persona capaz de satisfacer las fantasías de éste sea tu propia hija? Desde luego que la mayor parte de las madres en esta situación reaccionarían de un modo opuesto, pero esta es una manifestación más de un drama poliédrico.
Por acabar - aunque se podrían comentar muchas más cosas - otro de los aspectos que refleja la película son los agujeros negros a los que da lugar el abuso de menores: todo aquel que lo sufre acaba sumido en algún tipo de desorden mental que, de uno u otro modo, no sólo lo afecta a él, sino también a su entorno próximo. Se ve en las propias terapias: anorexia, trastorno de la personalidad, algunos grados de esquizofrenia, drogodependencia, alcoholismo, etc.; por no hablar de las innumerables manías y traumas a las que una persona así se tendrá que enfrentar a lo largo de su vida (así como los que unan sus destinos a ella).