Después de unos primeros minutos interesantes y que, hasta hacen olvidarnos del año en que fue rodada, planteando un misterio y queriéndonos hacer sentir que estamos ahí, la película empieza su caída libre sin remedio.
Es que se vuelve un absurdo. Y no por la trama eh. A mi me da igual si no se muestra el monstruo, si es un vegetal o un robot, o el mismísimo Alf. Eso no importa. Se vuelve un absurdo en todo lo demás.
Y es pionera en eso, en la acción sin ton ni son. En el héroe que se las sabe todas y obviamente la chica linda que queda prendada de él aunque no aporte más en un "romance" inentendible. Y así están todos. Como dice Bart Simpson "El líder, su leal patiño, el listo, el rudo y el tipo religioso (científico en este caso) que se vuelve loco".

Sumado a dos cosas insoportables. Una es tirar más frases que Schwarzenegger (pionera acá también). Cuando la gente muere al lado suyo solo se les ocurren chistes malos. Y van a cazar al monstruo riendo y tirando frases. Y la otra es el ritmo frenético de los diálogos. En un momento me empezó hasta a dar risa. Pensaba que por accidente había apretado el botón de aumentar la velocidad. Terrible.
Y encima conversaciones del tipo:
- Necesito un transformador hermenéutico de 125 amperios a la corriente estroboscópica lunar.
- ¡Acá tiene!
- Gracias, ¿cual es la raíz cuadrada de mil doscientos sesenta y tres?
- Treinta y cinco coma cinco tres ocho siete uno uno dos ocho siete ocho señor.
- Gracias, vamos...

Y así toda la película. Y repito lo de la velocidad, parece como que por contrato la película no podía pasar la hora y media y en lugar de cortar escenas decidieron hacerlas más rápido.

Lo lindo de la ciencia ficción de esos años es cuando contaban una historia. Y cuando proponían pensamientos y planteamientos filosóficos. Esta película es pionera en la acción de entretenimiento vacía de contenido.