Niños pitucos que tienen una banda rock se arriesgan a bajar a barrios marginales, en los cuales residen las mejores bandas de rock peruano son acosados por la policía. Realmente ese no es el argumento, pero podría serlo. O tal vez este , joven pituco limeño que se enamora de una chica estudiante de universidad estatal y que por buscar tirarsela se suma a las huelgas a las que ella asiste. Ese podría ser otro argumento de los miles que se pueden sacar de la película. Se pierde el hilo, no se cual es el objetivo. Existen muchos pequeños nudos en la historia que no terminan de ser desamarrados y que te dejan insatisfecho. Se concentraron más en la buen interpretación de las canciones que en el desarrollo de la historia. Algo que suele hacer fracasar a los musicales y que hizo fracasar a este.

Por otro lado, me agradó la inclusión de un personaje homosexual que se enamoro de otro. Dos hombres rockeros, super machos que se aman. Algo difícil de ver en el cine peruano. Aún así no ayudo en nada a salvar la película.
Una historia de amor inconclusa y absurda, personajes frívolos, inmaduros y sin objetivos claros. Las mujeres eran las más quedadas a los que los demás hacían o proponían.

Si no fuera por la banda sonora le pondría una calificación más baja. Esta película sirvió para recordarnos los buena que era la música de protesta de los años 90 en el Perú.