Película maldita que puede tener al mismo tiempo adoradores y opositores y que quedará estigmatizada por ser la causante de la quiebra de la productora que la originó y de la debacle de la que casi nunca mas se pudo componer de su director Michael Cimino . En realidad debo decir que se nota en el film la meticulosidad de Cimino casi diría al extremo en cada una de las escenas como así también la extensa duración de las mismas en muchas partes del film sin que la historia lo justifique. Todo esta correctamente en su lugar, los actores están bien especialmente un Kris Kristofferson que da la talla como esa persona que no sabe o no quiere tomar partido hasta que no le queda mas remedio que hacerlo, lo acompaña eficientemente Isabelle Huppert como una prostituta que no se decide entre dos hombres y completando el triangulo amoroso el gran Christhoper Walken. En papeles menores Jeff Bridges, Sam Waterston y John Hurt que de todos es el que menos se luce y hasta diría que ni sentido tiene su participación en la trama. El film es un western crepuscular en donde seremos testigos de todos los padecimientos que le ocurrieron a los inmigrantes llegados a EEUU por parte de los ganaderos de un condado quienes aumentan su odio y racismo contratando a 50 pistoleros para que maten a todo aquel que infrinja una ley impuesta por ello, con el beneplácito del gobierno de turno. Cimino, a mi juicio, primeramente peca por la extensión del film, estirándolo en algunos casos hasta el hastío, tampoco desarrolla uniformemente una denuncia social digamos más profunda de lo que intenta decir, si esta bien actuada, excelentemente ambientada, con una bella fotografía, es por eso que en mi caso estaría en una linea intermedia entre quienes la idolatran y quienes la odian.