Pequeña comedia que cumple con el propósito de entretener sin mas y lo hace apoyada especialmente en eficientes trabajos del carismático Robert Redford y la simpática Debra Winger casi los dos en la cima de su carrera. Ellos sostienen un guión que no dice demasiado pero que alcanza el aprobado. La trama es como un fiscal y una abogada deben defender a una joven (la hermosa y nada más Daryl Hannah) acusada de intentar robar un cuadro que perteneció a su padre comenzando así una serie de enredos y entretelones que irán involucrando a otros personajes. Dentro de los secundarios se destaca los siempre eficientes Brian Dennehy y Terence Stamp. Para pasar un rato divertido y poco más.