Estamos acostumbrados a las películas británicas y a su enfoque dulzón y perverso. Esta película no es la excepción a esa reiterada indagación por la amistad, el trabajo en equipo, las diferencias y las reconciliaciones. Pero ello no es problema: los ingleses saben hacer este tipo de películas tan bien que uno solo queda esperando que otra historia como las suyas vuelva a las salas de cine o al círculo de rotación de los principales canales de filmes.
Aquí vemos despuntar al gran actor británico con raíces nigerianas Chiwetel Ejiofor en un papel inolvidable, el de la Lola del bar. Por supuesto, el se echa al hombro esta película, porque el protagonista es un personaje un tanto pasivo que se ve golpeado por la vida y las ausencias de verdadera amistad. Me complace también ver a Nick Frost, así sea en un pequeño papel, porque gusta la presencia de este particular gordito que solo con verlo alguna sonrisa despierta.
Buena película sobre una fábrica de zapatos y sus necesidades y cómo las vueltas de la vida nos ayudan a replantear lo que debemos hacer.