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España España · El Puerto de Santa María
Voto de Fernando Polanco:
6
Thriller Una mañana lluviosa, seis hombres disfrazados y armados asaltan la sede central de un banco en Valencia. Lo que parecía un robo limpio y fácil pronto se complica, y nada saldrá como estaba planeado. Esto provoca desconfianza y enfrentamiento entre los dos líderes de la banda, “El Uruguayo” y “El Gallego”. Pero ¿qué es exactamente lo que buscan los atracadores? (FILMAFFINITY)
14 de abril de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
“Cien años de perdón” une por primera vez a dos veteranos del panorama cinematográfico nacional como son Daniel Calpasoro y Jorge Guerricaechevarría en una película de atracos con un reparto de primera línea.
Y sí, habéis leído bien: “una película de atracos”, o esa es la película que quise ir a ver, y esa fue “casi” la película que pude ver. Y digo “casi” porque, no contento con tener una pandilla de atracadores llenos de mala hostia y carisma, Guerricaechevarría (al que aún no le perdonaré aquella flatulencia llamada “Fin”) decidió sacar a relucir la crítica social tan de actualidad con una subtrama completamente fuera de lugar.
Pero seamos positivos. Lo que es la “peli de atracos” lo tiene todo: máscaras chulas, armas y violencia, momentazos de tensión, un requiebro argumental detrás de otro y, por supuesto, Luís Tosar con cara de comer limones (en el buen sentido, en el buen sentido).
Toda esa parte podría ser un “Plan Oculto” patrio, en general muy disfrutable, con la particularidad del contrapunto cómico que encarna el personaje del atracador “tonto” (magníficamente interpretado; arrancó más de una carcajada en la sala).
El problema, ya digo, es el resto, el relleno de intriga político-social. Y lo es por muchas cosas concretas que no puedo desvelar; pero en general: lo es por mojarse poco, por no entrar al trapo, por ser tan políticamente incorrecto como un informativo de La Sexta, y por ser poco resolutivo.
No soy nadie para decir qué está bien o qué está mal, pero en este caso creo que hubiera estado de lujo aquella máxima de “menos es más”. Salvando las distancias y el género, el ejemplo de “El mundo es nuestro” lo demuestra perfectamente, con buenos personajes y una sola situación se puede sostener un atraco durante una hora y media.
Aun así, habrá quién vea esta segunda capa argumental como algo “de actualidad” y “de imperiosa necesidad” (últimamente oigo en diversos medios que el cine español contemporáneo no refleja la realidad social del país sino que está sirviendo más como transporte evasivo y fantasioso; puede que tengan razón, pero es que siempre ha sido así mayoritariamente).
En definitiva, “Cien años de perdón” es una peli hecha a medida para dos espectadores por el precio de uno. Para ti, que te gusta ver a ladrones robando bancos con ingeniosos planes de escape, y para ti, que quieres que la guillotina vuelva a la plaza del pueblo. Un dos por uno que, por supuesto, no os podéis perder en el cine más cercano.
Fernando Polanco
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