Haz click aquí para copiar la URL
España España · Zaragoza
Voto de Paco Ortega:
9
Drama El matrimonio formado por Johan, profesor de psicología, y Marianne, abogada, recibe una noche en su casa la visita de sus amigos Peter y Katerina. Al poco tiempo, los invitados empiezan una fuerte discusión en la que los anfitriones intentan mediar sin éxito alguno. Cuando se quedan solos, Johan y Marianne empiezan a hablar de su matrimonio y de sus problemas. (FILMAFFINITY)
10 de abril de 2009
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es una obra de arte, llena de matices y de inteligencia. Pasan los minutos y no hay nada desperdiciable: todo tiene sentido, todo tiene un porqué. Hay momentos memorables, en donde Liv Ullmann y Erland Josephson viven la plenitud de sus tragedias interiores. Y otros en donde las aguas se remansan. Tanto en unos como en otros la intensidad cinematográfica es máxima.

Hay un aroma de Strindberg en toda la película. El autor teatral, uno de los más venerados por el propio Bergman en su carrera como director escénico, describe como nadie en los escenarios los desencuentros de las parejas. Crea una especie de crónica de las dificultades de poder llegar a un acuerdo entre los sexos, de la imposibilidad real de logarlos sin que sean auténticas claudicaciones en donde uno de los dos domina. Con un espíritu más progresista y menos misógino que el del maestro, Bergman bucea en los abismos ocultos en los territorios llanos, y los terremotos que de vez en cuando nos avisan de su existencia. Parece decirnos que, aunque difícil, es posible conseguir el objetivo. Al fin y al cabo vivir en pareja es una de las formas de no morir, de momento.

No hay nada maniqueo ni complaciente. No hay reconciliaciones ejemplares. Hay fracaso, fracaso puro y duro, completo y sin paliativos, pero a veces son preferibles ciertos fracasos dignos que algunas victorias inmorales. Stendhal escribía sobre “la prostitución legal de matrimonio”, y el director sueco nos informa de las tarifas.

El peso, como intentaba decir, lo llevan los actores, como casi siempre. Para que realicen su trabajo, Bergman teje una tela de araña de perfección. Y ellos responden al reto haciendo un derroche de capacidad y talento a la altura de los mejores duelos interpretativos de la historia del cine.
Paco Ortega
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow