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España España · Zaragoza
Voto de Paco Ortega:
8
Acción. Drama Aunque Mike Terry (Ejiofor) es el instructor jefe de una academia de lucha, rechaza participar en competiciones profesionales porque las considera un síntoma de debilidad. Todo su interés se centra en adiestrar en el arte de la autodefensa a futuros guardaespaldas, policías y soldados. Su vida cambia por completo el día en que salva de una brutal paliza a Chet Frank (Tim Allen), un famoso actor del cine de acción que lo introduce en su ... [+]
20 de abril de 2009
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me interesa mucho el mundo interior de David Mamet, un hombre de teatro, guionista y director de cine. Siempre me pareció ver en él un continuador de los Arthur Miller, Tenesse Williams, etc, esa generación que radiografió para el teatro, y desde las claves del realismo, la Norteamérica de mitad del siglo XX, con sus corruptelas, sus inmigrantes y sus conflictos. Ni el país es el mismo, ni los problemas tienen las mismas formas, aunque pueden ser similares. Mamet estudia los comportamientos individuales confrontados con los sociales, e introduce claves propias, obsesiones personales que hacen, en este caso, de su cine, una obra perfectamente distinguible.

Le encanta bucear en los bajos fondos, y en el mundo de la suerte, del azar, de los juegos. Le gusta enseñarnos la parte de atrás, el truco del juguete, lo que no ven las cámaras de la televisión, herramienta preferente para contemplar la realidad manipulada. Esto es lo que ocurre en “Cinturón rojo” que no es una película de artes marciales, sino de la verdad oculta debajo de la impostura.

Efectivamente el protagonista es un luchador que debe luchar impelido por los problemas que, inesperadamente, irrumpen en su vida. El, honesto y cabal, representa exactamente lo contrario de lo que el negocio de la lucha representa. Y debe vencer para convencer, en primer lugar a sí mismo, y, en segundo lugar, a quien a él le interesa. Nada de efectismos, nada de complacencia, nada de imágenes huecas, propias de un género devorado por millones de idiotas en todo el mundo. Que se vayan al médico inmediatamente los que creen que esta es una película más de señores dando saltos inverosímiles. Aunque supongo que estos se sentirán defraudados a los cinco segundos.

A pesar de eso, la película no solo no es aburrida sino que es extraordinariamente interesante y se ve de un plumazo. Nada de moralina, nada de mensaje facilón. El sentido en su justo término, de la mano de alguien que conoce como nadie los mecanismos internos de un guión bien construido.
Paco Ortega
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