Mary Pickford es la productora de esta película que cuenta con Claudette Colbert como centro de una trama maquiavélica con chocolate e hipnosis como ingredientes principales para intentar convertir de forma interesada a una cuerda en loca.

El film presenta evidentes influencias del clásico de George Cukor "Luz Que Agoniza", con una gran elegancia en la puesta en escena, una atractiva atmósfera negra, una agradecida diversidad de escenarios, delicados movimientos de cámara y un buen gusto por el detalle y la sugerencia.

De todas formas el desarrollo del film no progresa a un ritmo adecuado, no consiguiendo atrapar al espectador con una historia a la que se le podía sacar mucho más jugo. Por otro lado, el texto no es especialmente brillante y la historia resulta demasiado previsible.

Claudette Colbert está tan excelente como siempre, interpretando en este caso a una vulnerable víctima de una malvada conspiración.
Por su parte la sugestiva Hazel Brooks está espléndidamente hermosa como ambiciosa femme fatale, un personaje por cierto bastante desaprovechado en el progreso de la trama.