Desconocido y mediocre filme noventero que no tiene nada memorable aparte de su original -e hilarante- idea para la trama: una "bomba humana".
Personas que se abochornan, quedan con los ojos rojos, se empiezan a abrir hasta que explotan en llamas causa una gracia tremenda. Es una idea tan loca que uno se mata de la risa, sobre todo cuando las situaciones en que esto sucede se vuelven cada vez más ridículas. Por contra, cada una de estas películas sobre explosivos, como regla general, exige que su protagonista tenga una historia familiar, lo que aquí en este filme es imperdonable.
Su protagonista es un verdadero stalker psicópata, más malo que los mismos malos y totalmente desagradable. El atado amoroso con su esposa y la forma en que se maneja esta situación es lamentable, un verdadero lastre para la cinta. Lo único que deseaba era que esas escenas se acabasen y se dieran las circunstancias para que explotara la siguiente persona y dejara la embarrada.
Lo único que me hace ponerle cuatro estrellas es su idea, que la desarrollan de forma totalmente divertida, pero en cuanto la película volvía a centrarse en el repulsivo protagonista y su mediocre historia se iba a pique. La culpa la tiene un guión asqueroso. Y, lamentablemente, esto y el incompetente desarrollo hacen que de verdad merezca estar enterrada en el agujero en que está.