Quizá las nuevas generaciones no logren apreciar nunca la grandeza de esta película, y puede que hasta la consideren risible. Pero en la ingenuidad de sus diálogos, en la sencillez de sus gráficos veo el fiel reflejo de otra época -mi adolescencia- y me gusta. Y es que me veo a mí mismo jugando al clásico Comecocos; batallando con el Star Control; luchando con las funciones, variables y punteros del C para obtener el resultado deseado. Has tenido que vivirlo para saber apreciarlo.

Con un ritmo propio del género de aventuras y una historia repleta de acción esta película conseguirá hacer las delicias de todo aquel que un día quedó atrapado por el fascinante mundo de las computadoras, cuando un disco de 50 megas y una VGA de 256 colores era el no va más en tecnología. Entrañable.