Kylie es una ladrona decadente que fracasa en su asalto a un cajero automático. La condenan a reclusión en su hogar por ocho meses. No se lleva bien con su madre e ignora a su padrastro. Todo lo anterior se suma a una actitud muy negra de ver a las personas y a la vida misma. Se entera que en la casa ocurren fenómenos extraños y, en un comienzo, se muestra escéptica, pero pronto descubre el origen de todo.

Si bien no se encasilla completamente en el terror, puesto que hay bastante comedia a lo largo de la trama, sí es un aporte al género. Y lo es porque, a pesar de las risas que sus momentos cómicos provocan, también hay suspenso, sangre y uno que otro susto. De hecho, el film completo está bastante mejor que muchas cintas de terror serias, vale decir las de metrajes encontrados, que francamente, la mayoría son bodrios.

Los giros que contiene el guión están bien. No se esperan. A medida que avanza el metraje van desarrollándose y son los que hacen que la cinta sea interesante y se disfrute.

Respecto a los personajes, se logra la empatía hacia ellos. Todos están muy bien logrados, algunos transitan desde la seriedad a la comedia con facilidad y no se ve forzado el cambio. La madre de Kylie es la más chistosa. Los momentos de terror de las protagonistas se potencian con las reacciones cómicas, que de tanto en tanto, aparecen con gracia y estilo.

En conclusión es una película entretenida, graciosa y terrorífica al mismo tiempo. Una interesante mezcla que se suma en positivo a la comedia de terror. No le puse más nota porque posee algunos clichés bastante repetidos, pero que aún así, no destruyen el producto final.

Lo mejor: La madre y todas sus escenas. Los giros de la trama.

Lo peor: Cae en algunos recursos de terror muy vistos.