Si te gustan las pelis de vaqueros más clásicas, con un enfoque moderno, y esos diálogos de duros a la vieja usanza, esta es tu serie.
Diálogos y personajes se llevan la palma, sólidos, carismáticos, muy bien definidos con parlamentos magníficos, y escenas soberbias.
La historia en si misma es sencilla, como en todos los buenos western, no va de rebuscadas tramas y traiciones, con una solidez irregular, pero lo demás soporta los fallos y las debilidades de la historia con notable facilidad.
Hay que ver unos cuantos capítulos para cogerle el gusto, porque no es un sabor facilón, pero en cuanto le coges el punto...
Las dos primeras temporadas son geniales.
Western de los buenos. Imprescindible para nostálgicos del buen cine de vaqueros.