Media votos
7,0
Votos
22
Críticas
22
Listas
0
Recomendaciones
- Sus votaciones a categorías
- Contacto
-
Compartir su perfil
Voto de aldaraviendoleyendoblogspot:
4
5 de noviembre de 2015
62 de 97 usuarios han encontrado esta crítica útil
Todo parece perfectamente medido para evitar lo lacrimógeno, para resultar sutil y sugerente, para que imaginemos que los personajes lloran a solas cuando la cámara se ha ido, para que pensemos cuánto dolor hay tras la falta de expresividad de Tomás, y cuánto miedo tras la frivolidad de Julián. Pero ocurre que la historia que no deja de ser un dramón, y esa frialdad del guionista en el cálculo del tono de contención perfecto se cuela entre líneas, te desconecta de la pantalla y te hace sentir continuamente que estás viendo una película. Una película que acaba por ser larga y tediosa.
Resulta, además, que los cálculos no están del todo bien hechos, porque casi todo tiene un aire artificial: la selección de féretros en la funeraria; las conversaciones entre Julián y los conocidos con los que se cruza, que conocen su situación terminal y oscilan entre el pudoroso hacerse los locos y la expresión de solidaridad; el gorroneo de Julián -¿por qué, si tiene un buen trabajo?-, el hecho de que, tras dos días juntos, Julián y Tomás aún no hayan hablado de dónde vive el hijo del primero, ni de si sabe o no que su padre se está muriendo, o la del todo inverosímil escena final entre la prima de Julián y Tomás. Elementos como estos aportan amenaramiento a la película y restan realismo a una historia que, en principio, parecía apostar por ser la sencilla crónica de una amistad y una muerte.
Resulta, además, que los cálculos no están del todo bien hechos, porque casi todo tiene un aire artificial: la selección de féretros en la funeraria; las conversaciones entre Julián y los conocidos con los que se cruza, que conocen su situación terminal y oscilan entre el pudoroso hacerse los locos y la expresión de solidaridad; el gorroneo de Julián -¿por qué, si tiene un buen trabajo?-, el hecho de que, tras dos días juntos, Julián y Tomás aún no hayan hablado de dónde vive el hijo del primero, ni de si sabe o no que su padre se está muriendo, o la del todo inverosímil escena final entre la prima de Julián y Tomás. Elementos como estos aportan amenaramiento a la película y restan realismo a una historia que, en principio, parecía apostar por ser la sencilla crónica de una amistad y una muerte.