Desconocía este film, no estrenado en nuestras pantallas. Rodada casi por las mismas fechas que Kick Ass, con la que comparte muchas similitudes, posee un estilo más poético y reflexivo de la realidad.

A pesar de que se nota la diferencia de presupuesto, no por eso es más desdeñable que el film de Vaughn, sino que al contrario, la comedia se vuelve más negra, retorcida y reflexivamente crítica con la sociedad que nos rodea, una sociedad que desprecia a seres que se vuelven marginales y que parece que han de enfrentar siempre la vida desde la soledad y el abandono de su mala suerte. Eso a veces los hace ser superiores y valientes por encima de la media, dígase locos o elegidos, aunque sólo sea por una misión concreta y no por una continua profesión de valor.

Me encantó la interpretación del poco conocido protagonista, que encarna muy bien la perplejidad y el desarraigo de quien sufre una vida de privaciones afectivas y de aceptación social, y que cuando le arrebatan lo que más quiere se embarca en la misión más importante de su existencia.

Dejando aparte las paranoias y el matiz religioso, que en mi opinión solo ofrecen un punto ácido de comedia y de creatividad a la historia, llama la atención su estupenda banda sonora y su valentía de mostrar cierto nivel de gore que imprime realismo y contrasta con la "normalidad" del argumento y su entorno escénico, una típica ciudad de USA, un típico empleado de cocina, una típica historia de drogas y de amores encontrados y perdidos.

Recomendada y recomendable, Super se mueve con un estilo propio, como una gran broma negra, pero con raíces en la realidad más frecuente y factible, lo que la hace una rara pieza de buen cine que disfrutar para reir, y para llorar, también... como la vida misma.