Está bastante bien y entretiene dando a conocer lo sucedido en una de las peores tragedias ocurridas en el Everest. Si has leído "Mal de altura" de Krakauer y mejor aún si leiste también "Everest 1996" de Anatoli Boukreev (otro superviviente que murió al año siguiente en el Annapurna) verás que han procurado respetar lo ocurrido sin entrar a valorar una u otra versión de lo que allí pasó. Lo que está claro, es que se cometieron errores de diverso tipo. En otra época esas cimas estaban reservadas a los alpinistas bien preparados para abordar semejantes retos. Después diversas compañías privadas (sobre todo neozelandesas) empezaron a ofrecer la ascensión a todo tipo de personas dispuestas a pagar por ello, pero sin la preparación suficiente en muchos casos. Era cuestión de tiempo que sucediera algún desastre, aunque en este caso una tormenta sorpresa tuvo mucho que ver, pero también una deficiente preparación y una falta de liderazgo, que tomara y guiara en las decisiones al grupo expedicionario. Tarde en la cumbre y volviendo de nuevo para ayudar a alguien, arriesgando la propia vida y la de otros. Como dice alguno de los supervivientes: "Nadie te obliga a subir allá arriba, y si la cosa se tuerce, no puedes esperar que nadie se juegue la vida por ayudarte". Y en la película se ve. Unos por cansancio extremo, por no querer o no poder, algunos no ayudan, y otros sí... en fin. La naturaleza del hombre y el poder de la montaña que siempre tiene la última palabra. Ahora el Everest es un circo con multitud de expediciones tanto deportivas como de este tipo de compañías de aventura atascándose cerca de la cima sobre todo en primavera y verano. Para la zona es un negocio, de permisos, sherpas, equipos, provisionamientos, y una fuente de ingresos constante. Y aunque se conozca una ruta, aunque haya buenos sherpas, sigue siendo sin duda es una actividad peligrosa, muy peligrosa. Recomendable la película sobre todo en alta definición.