Dinámico. Muy bailable. Cosas de Mulcahy. Jugando con los formatos de la pantalla y una edición que ya la quisiera Michael Bay. Un Elton John, ya comedido en su vestuario, juguetón y reivindicativo-atención a los colores de la banda de su canotier- rodeado de un cuerpo de baile cuyo vestuario es una mezcla de locales sado-maso de ambiente -ese tanga de cuero negro de prominente paquete y siempre en primer plano- inglesas borrachas en las playas de Ibiza y cuerpos pintados al estilo de los Nuevos Románticos. Todo ello rodado en Cannes, como dijo el anterior crítico, en el hotel Carlton. Y si te queda alguna duda, veremos ondear la tricolor varias veces, que hay que ser agradecido.