La pareja cómica constituida por Holmes (el listo) y Watson (el tonto) se enfrentan a una despiadada delincuente que provoca que sus víctimas se suiciden. Pero le puede la codicia y hay tanto suicidio que el amigo Holmes decide investigar.

La historia tiene una trama poco desarrollada, pero, aún y así, interesante. Watson sigue siendo el alivio cómico y un personaje lamentable, máxime si pensamos en el original literario. Y Lestrade lo mismo. Parece mentira que con tanto inútil se detenga a alguien. Por otro lado, Holmes sigue dependiendo de la suerte para no morir, algo bastante inaudito para el mejor detective del mundo. En fin, estas adaptaciones distan mucho de ser las mejores del personaje de A.C. Doyle.

Como curiosidad, se ambienta durante la WWII y veremos una feria en la que se puede hacer puntería con muñecos de Hitler, Mussolini y Hiro-Hito.

En fin, puede verse pero para intriga mejor una de Charlie Chan.