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Voto de AngelsRup:
5
Thriller. Drama La historia real de Maureen Kearney, la principal representante sindical de una potencia nuclear multinacional francesa. Se convirtió en denunciante, denunciando acuerdos de alto secreto que sacudieron el sector nuclear francés. Sola contra el mundo, luchó con uñas y dientes contra ministros del gobierno y líderes de la industria para sacar a la luz el escándalo y defender más de 50.000 puestos de trabajo. Su vida dio un vuelco cuando ... [+]
28 de mayo de 2023
13 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una mujer contra un mundo directivo de hombres: hoy es culpable porque antaño fue víctima.

“La sindicalista” es la historia real, llevada al cine, de Maureen Kearney.
La historia de esta mujer, fuerte, autodeterminada, con convicciones sobre los derechos de los trabajadores y que físicamente es muy parecida a Isabelle Huppert.

Maureen Kearney, una irlandesa que fue contratada como profesora de inglés de los técnicos y directivos de una multinacional de energía nuclear y que acabó como líder sindical del grupo Areva, defendiendo los intereses de 50.000 trabajadores en Francia. En 2012 destapó las negociaciones secretas con China que implicaba transferencia de tecnología nuclear y la pérdida de empleos, alerta que implicaba a directivos y a políticos franceses y que, al comienzo se la tildaba de locura, manipulación correspondiente a un mundo de hombres que se vió atacado por una fémina, seguidamente comenzó a recibir amenazas telefónicas mientras su marido e hija notaban que eran seguidos y que fue agredida en su propia casa, donde unos encapuchados la violaron, ataron a una silla, la marcaron una A en el vientre a cuchillo, que le dejaron metido en la vagina hasta que le descubrió su asistenta 6 horas más tarde. Lo terrible de la historia no acaba ahí, puesto que en el juicio se puso en duda su testimonio, argumentando que a sus 20 años había sido violada, que en la actual agresión no se encontró ADN, se sospechó de ella como autora de autoagresión y acabó siendo juzgada por denuncia inventada, con la fórmula de que hoy era culpable porque antaño fue víctima, siendo sentenciada con 5.000 euros de multa y 6 meses de prisión. Cuando apelaron, gracias a la ayuda del testimonio de otra mujer a la que habían agredido de forma similar hace unos años, después de que su marido destapara una corrupción en una gran multinacional eólica. Igualmente se demostró que ninguna de las pruebas de ADN recogidas en la escena del crimen no fueron conservados y que las pruebas enviadas al enviadas al laboratorio nunca fueron devueltas y todas desaparecieron y que era imposible que ella se hubiera automaniatado por una dolencia grave que tenían en el hombro. El proceso judicial duró hasta 2018, en que fue absuelta.

No obstante, el devenir siguió su curso, en 2016 se desmanteló Areva y la actividad de los reactores fue transferida a una empresa que sólo conservó 1200 de sus ingenieros técnicos y un par de años más tarde fue absorbida por una empresa china que desde 2020 construye centrales nucleares que vende a todo el mundo, incluida Francia.

La historia está bien desarrollada en la película, Isabelle Huppert es casi “hermana gemela” de la protagonista real, con su tamaño menudo y similar parecido físico, además de ir siempre vestida impecable, más del estilo del colectivo directivo que del sindical, siempre con los labios pintados, con unos pendientes bonitos y originales, sus gafas de colores, su siempre bien peinada melena, muy habitual recogido en un moño en espiral al estilo de Kim Novak que, por cierto, en esta película el recogido tiene su propio plano recordando el de “Vértigo”.

Llama la atención que Isabelle Huppert, siempre más que solvente en su interpretación, a sus actuales 70 años, tenga su rostro permanentemente retocado digitalmente en la película. Su faz no tiene ni una sola arruga, ni pliegue, siempre de un color blanco geisha y que, cuando está al lado de otra persona en cualquiera de los planos de la película, incluida la actriz veinteañera que hace de su hija, éstos tienen los pliegues habituales que dan las facciones y que, por el contrario, se han borrado de la Huppert. Tiene un resultado extraño a la hora de ver la película, donde la protagonista sale casi permanentemente en plano, el que se note tanto que ésta tenga su rostro recompuesto por ordenador.
AngelsRup
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