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España España · Miranda de Ebro
Voto de Cocalisa:
8
Comedia. Drama Andrew Largeman (Braff) vuelve a su casa natal, en Nueva Jersey, después de diez años de ausencia para asistir al funeral de su madre. Allí rememora su pasado y conoce a una chica, Samantha (Portman), que quizá pueda cambiar su vida. Largeman, que acaba de dejar los antidepresivos que ha estado tomando durante años, comienza a redescubrirse a sí mismo, lo que incluye enfrentarse a su padre, psicólogo, y ayudar a Samantha a superar sus ... [+]
20 de julio de 2007
19 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
Con el gesto imperturbable de un joven en pleno descalabro del avión en que vuela arranca el relato de un fin de semana iniciático: el de Andrew Largeman, de regreso a su ciudad natal, en New Jersey, tras nueve años de ausencia anclada en una dieta de ansiolíticos. Los motivos de ese retorno, los reencuentros con lugares y personas a quienes ha evitado durante casi una década, el contacto con aquellos otros con quienes compartió una ya lejana amistad, el descubrimiento de modos distintos de sentir y vivir, el regalo espléndido de un alma situada en sus antípodas Al idear esta historia, su coprotagonista, guionista y casi primerizo director, Zach Braff, perseguía un objetivo nítido: “crear una historia de amor inteligente para gente joven, y también bucear en lo que se siente al volver a casa”. Una casa que -como viene a suceder en algún momento de la vida- se ha dejado de sentir como propia, “empujándonos a sentir nostalgia de un sitio que ya no existe, y que no volverás a recuperar hasta que crees tu propio hogar, para ti y para tus hijos, para la familia que formes. A lo mejor -reflexiona Braff- eso es una familia: unas personas que echan de menos el mismo lugar imaginario”.
Lejos de la miríada de filmes dirigidos a un público adolescente y caracterizados demasiado a menudo por una estupidez rayana en el insulto, Algo en común (Garden State, 2004) reflexiona sobre el difícil camino hacia la madurez, un itinerario que supone, entre otros ineludibles condicionantes, aceptar que la vida acarrea, junto a momentos felices, dosis en ocasiones brutales de dolor. Y lo hace con un sentido del humor lleno de efectividad, con situaciones y diálogos inspirados, y con una acertadísima elección de actores. Disfrutaremos así de una Natalie Portman luminosa, próxima al personaje que bordó en el Beautiful girls de Ted Demme, de la sobria potencia del veterano Ian Holm (motor de uno de los títulos incluidos en la programación de Otrosojos, Mi Napoleón), de la presencia inquietante de Peter Sarsgaard (el brutal John Lotter de Boys don´t cry), y de las chispeantes intervenciones de algunos secundarios impagables (“creía que te habías suicidado, ¿no fuiste tú?”).
Todos esos elementos -sumados a una banda musical que viene a contextualizar la acción y a subrayar con delicadeza estados de ánimo de sus personajes, a diferencia de la arbitrariedad con la que se anega con temas de éxito tantas de las producciones más recientes- hacen de Algo en común (disculpen esta figura facilona) algo definitivamente inusual.
En su tratamiento, el prometedor Zach Braff, combina la extravagancia de personajes y anécdotas -tan característica, de otro lado, de nuestra especie: ¿quién no es incurablemente raro?- con una intensa proposición: el caos como base para el renacimiento y liberación individual. El título inicialmente previsto para el film era -¿lo adivinan?- Large´s Ark. El Arca de Large, bastante más acertado, por otra parte, que este gratuito Algo en común.
Cocalisa
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