Dejando a un lado las series que tienen que ver con la música pop y con los niños en general con sus triquiñuelas, nos enfocamos a las niñas y adolescentes que también tienen la última palabra y son la que mandan desafiando lo que ha de venir sorteando todos los momentos que atraviesan teniendo su perrenque, su modo de hacer y resolver las cosas gracias a su proyecto de vida y las situaciones que lidian diariamente.

No tengo nada en contra pero le ponen tanta alharaca por todo y si son creídas acompañada de frivolidad, peor. La prueba reina es con Liv y Maddie, una comedia bastante regular protagonizada por la polifacética Dove Cameron que se le midió a hacer dos personajes opuestos: la fémina superestrella edulcorada que ameniza cada show que se le tiene y la ruda basquetbolista Maddie que tiene celos personales de su hermana en la que pueda ser popular.

Por el resto de su familia: soportando a su hermano del medio insulsamente torpe y porfiado Joey que se jacta de sabelotodo por lo que es muy levantado y cree ser chistosito que no convence con sus metidas de pata e involucra a su hermano menor Parker que es lo opuesto, con un carácter decidido y confiado y que a veces quiere apartarse de él. Sus padres Karen que es una psico-loca tanto escolar como familiar y Pete que es un entrenador de baloncesto en la que presiona a su hija Maddie para mejorar su rendimiento; así que son demasiado permisivos, y ni hablar de dos personajes estresantes: Willow que es una de las amigas de Maddie y, a la vez, es la intensa enamoradiza de Joey; Artie, el rival bocón de Joey que piensa que es mejor que él; caso aparte con los amoríos de Liv y Maddie: Holdie y Diggie, respectivamente.

Insisto, esta serie es demasiado frívola por lo que pierde confidencialidad femenina y puede caer en imprudencias y la participación de los dos hermanos menores es bastante innecesaria aunque Parker disimula o guarda su lugar. Las gemelas opuestas son demasiadas sofisticadas por lo que deben entender y quererse pase lo que pase. Diálogos tremendamente titubeantes con falta de entereza en lo que van a expresar y su trama es anodina que es compensada con las canciones que canta Liv de manera decentemente. Lo veintiúnico novedoso es que cada miembro de la familia en la que afronta o sortea la situación tiene que estar a solas para auto confesarse de lo que quiere o dejar de hacer dependiendo como pinta la situación.

Por lo tanto; Liv y Maddie es una serie bastante inverosímil en cuanto a sus historias reforzadas pero con un toque musical orquestada por la protagonista carismática Dove Cameron logrando darle buena onda un poco de fisonomía a la serie en la que la familiar debe estar más unida que nunca y que las gemelas sean más decididas en lo que hacen, y estar en las buenas como en las malas.