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Voto de bogart:
3
6,9
1.163
Intriga. Cine negro. Drama
Stephen Byrne, un escritor fracasado, aprovechando la ausencia de su mujer, intenta seducir a una criada, a la que mata involuntariamente. A continuación convence a su hermano para que le ayude a deshacerse del cadáver. (FILMAFFINITY)
23 de enero de 2019
4 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me encanta el cine clásico y en especial el cine negro que es mi favorito. Así que si califico mal una peli del año 50 de cine negro de uno de los más grandes directores del género es porque algo chirría. Lo explico detalladamente en spoilers y el que quiera que vaya directamente al meollo.
La trama y guión de esta película no hay por donde cogerlas. Y ya desde los primeros minutos te entra una sensación de que empieza mal y no va a ir a mejor. Las actuaciones también son flojas (en especial las miradas lascivas del protagonista aunque el cojo más o menos sí se salva) y de hecho yo no conozco a ninguno de los actores ni como figurantes. Se nota que todo está hecho con cuatro duros y pocas ideas. No llega ni a serie B la cosa.
Seguramente lo único salvable sea la fotografía, algo lógico viniendo de un genio del expresionismo como Lang. Lo más sorprendente es que me he puesto a ver pelis poco conocidas de Lang y veo que el nivel va entre mediocre y malo. Sin entrar en las alemanas que son consideradas obras maestras me centraré en las de su período americano. Que un director responsable de obras maestras del género como: La mujer del cuadro, Perversidad, Los sobornados y Deseos humanos luego te salga con otras donde el nivel baja tantísimo pues resulta sorprendente. Si te fijas en la filmografía de genios como Wilder o Preminger te sorprende pues no tienen esos desniveles. Esta me parece de lo peor que he visto en el género igual que su Gardenia azul pero es que otras como el Ministerio del miedo o Mientras NY duerme son de una mediocridad alarmante. Todas ellas con sus notas medias de 7 y pico en FA, no vayan a quedar mal la gente saliendo del rebaño...
La trama y guión de esta película no hay por donde cogerlas. Y ya desde los primeros minutos te entra una sensación de que empieza mal y no va a ir a mejor. Las actuaciones también son flojas (en especial las miradas lascivas del protagonista aunque el cojo más o menos sí se salva) y de hecho yo no conozco a ninguno de los actores ni como figurantes. Se nota que todo está hecho con cuatro duros y pocas ideas. No llega ni a serie B la cosa.
Seguramente lo único salvable sea la fotografía, algo lógico viniendo de un genio del expresionismo como Lang. Lo más sorprendente es que me he puesto a ver pelis poco conocidas de Lang y veo que el nivel va entre mediocre y malo. Sin entrar en las alemanas que son consideradas obras maestras me centraré en las de su período americano. Que un director responsable de obras maestras del género como: La mujer del cuadro, Perversidad, Los sobornados y Deseos humanos luego te salga con otras donde el nivel baja tantísimo pues resulta sorprendente. Si te fijas en la filmografía de genios como Wilder o Preminger te sorprende pues no tienen esos desniveles. Esta me parece de lo peor que he visto en el género igual que su Gardenia azul pero es que otras como el Ministerio del miedo o Mientras NY duerme son de una mediocridad alarmante. Todas ellas con sus notas medias de 7 y pico en FA, no vayan a quedar mal la gente saliendo del rebaño...
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Absurdo asesinato. Absurdo cambio de mentalidad del protagonista. Absurda manera de deshacerse de un cadaver. Absurda esposa. Absurda investigación policial. Absurdísimo juicio. Absurdísima absolución. Absurdísisimo final.
Republic Films presentaaaa... Empieza mal la cosa, una productora de medio pelo.
Al calenturiento protagonista se le cae el cuello de la victima sobre sus manos y él aprieta y aprieta sin pausa pero sin prisa. No ha podido pillar cacho pero al menos le ha palpado el pescuezo. Luego metemos el cadáver en un saco de patatas que viene con el nombre y dni del dueño y lo tiramos a un río que nos acaban de decir que menea arriba y abajo con el oleaje toda la porquería y los cadáveres de animales que los paisanos tiran (ya hay que ser guarros). Encima lo tiran sin peso, para que flote hasta que alguien lo encuentre cuanto antes.
A partir de ahí el bragueta floja pasa a ser un demente. Se recrea en su fechoría, desprecia a su mujer y su hermano, y se pavonea orgullosamente de su crimen ante todos. Los polizontes pasan del tema pues al fin y al cabo la criada es una pilingui según cuenta don Vicioso. Y así hasta que finalmente el saco de patatas vuelve a la orilla y hay que reabrir el caso. Previamente el pervertido maneja su barca arriba y abajo del río persiguiendo sin éxito el saco de fiambre que parece que tiene un motor y capacidades submarinas.
En el juicio, el juez Polifemo y sus fiscales pasan de las pruebas y basan el asunto en los dimes y diretes de una criada despechada. Cuando parece que van a condenar al patachula, en base a que no hay un cojo bueno, resulta que interrumpe el juicio la vieja al visillo y a grito pelado pone al juez de vuelta y media. Caso sobreseído.
Esto no hace sino aumentar el pavoneo del libertino que hasta decide empezar a matar a todos los que se encuentra para poder escribir libros baratos con el Making off. En una de sus habituales idas de olla pensando en pescados, una cortina que alguien de decorados dejó en medio de una escalera se le engancha al cuello y muere. FIN
BONUS TRACK: Huele a que Lang quiso hacer la misma jugada que en La mujer del cuadro y que todo había sido un sueño. El escritor es un fracasado y la vecina cotilla le aconseja meter más calentura en las tramas. Vemos un primer plano del borrador de su próxima novela. A partir de ahí ya nada sería real si no trama de su nueva novela que empieza con un calentón del protagonista. Cuando el escritor muere volvemos a un primer plano de sus manuscritos. Y ahí falta volver a la realidad. En resumen, ha escrito otra novela igual de mala que las demás y ya entendemos por qué es un escritor fracasado.
Republic Films presentaaaa... Empieza mal la cosa, una productora de medio pelo.
Al calenturiento protagonista se le cae el cuello de la victima sobre sus manos y él aprieta y aprieta sin pausa pero sin prisa. No ha podido pillar cacho pero al menos le ha palpado el pescuezo. Luego metemos el cadáver en un saco de patatas que viene con el nombre y dni del dueño y lo tiramos a un río que nos acaban de decir que menea arriba y abajo con el oleaje toda la porquería y los cadáveres de animales que los paisanos tiran (ya hay que ser guarros). Encima lo tiran sin peso, para que flote hasta que alguien lo encuentre cuanto antes.
A partir de ahí el bragueta floja pasa a ser un demente. Se recrea en su fechoría, desprecia a su mujer y su hermano, y se pavonea orgullosamente de su crimen ante todos. Los polizontes pasan del tema pues al fin y al cabo la criada es una pilingui según cuenta don Vicioso. Y así hasta que finalmente el saco de patatas vuelve a la orilla y hay que reabrir el caso. Previamente el pervertido maneja su barca arriba y abajo del río persiguiendo sin éxito el saco de fiambre que parece que tiene un motor y capacidades submarinas.
En el juicio, el juez Polifemo y sus fiscales pasan de las pruebas y basan el asunto en los dimes y diretes de una criada despechada. Cuando parece que van a condenar al patachula, en base a que no hay un cojo bueno, resulta que interrumpe el juicio la vieja al visillo y a grito pelado pone al juez de vuelta y media. Caso sobreseído.
Esto no hace sino aumentar el pavoneo del libertino que hasta decide empezar a matar a todos los que se encuentra para poder escribir libros baratos con el Making off. En una de sus habituales idas de olla pensando en pescados, una cortina que alguien de decorados dejó en medio de una escalera se le engancha al cuello y muere. FIN
BONUS TRACK: Huele a que Lang quiso hacer la misma jugada que en La mujer del cuadro y que todo había sido un sueño. El escritor es un fracasado y la vecina cotilla le aconseja meter más calentura en las tramas. Vemos un primer plano del borrador de su próxima novela. A partir de ahí ya nada sería real si no trama de su nueva novela que empieza con un calentón del protagonista. Cuando el escritor muere volvemos a un primer plano de sus manuscritos. Y ahí falta volver a la realidad. En resumen, ha escrito otra novela igual de mala que las demás y ya entendemos por qué es un escritor fracasado.