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España España · Valencia
Voto de Dallas:
8
Drama El objetivo de Andrew Neiman (Miles Teller), un joven y ambicioso baterista de jazz, es triunfar en el elitista Conservatorio de Música de la Costa Este. Marcado por el fracaso de la carrera literaria de su padre, Andrew alberga sueños de grandeza. Terence Fletcher (J.K. Simmons), un profesor conocido tanto por su talento como por sus rigurosos métodos de enseñanza, dirige el mejor conjunto de jazz del Conservatorio. Cuando Fletcher ... [+]
25 de febrero de 2015
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Yo creía, ciega de prejuicios, que estaba ante otra manipulada historia hegemónica de manual donde chico con talento y batería conoce a monstruo despótico sin corazón que parece que le amarga la existencia pero no, lo que hace es impulsarle finalmente hacia lo más alto. No tenía ningún interés en escuchar otro gran éxito tocando correctamente las teclas del Oscar. Pero algo empezó a llamar mi atención, las odas y alabanzas, su nota media subiendo como la espuma, críticos que respeto y a los que supongo que no se dejan engañar tan fácilmente por los burdos truquitos de la lágrima fácil aplaudiendo sinceramente. Y no podía ser, se estaba gestando un cortocircuito muy dentro de mí, tenía que ver para creer, no había otra opción.
Y ahora lo reconozco abiertamente: Yo estaba equivocada.
Whiplash te abre sus puertas desde el minuto uno, sin a penas darte cuenta estás totalmente inmerso en una auténtica lucha de titanes, sintiendo como te salpica tanto la sangre y el sudor del joven batería como las gotitas de saliva de su intransigente maestro cada vez que exigía más, y más, y más. Sentimos la frustración y la determinación de un joven talento encarnado en un más que correcto Miles Teller, aunque el plato fuerte de este menú para mí sin duda nos lo ofrece J.K. Simmons, al cual de verdad deseas estrangular con tus propias manos (soy fan de los personajes que generan sentimientos negativos. Señores, ser odiados de corazón requiere de mucho talento).
La hora y media de duración del film pasa a través de ti como una corriente eléctrica, y solo sabes que ha terminado cuando notas como tus músculos se van relajando, sin haber llegado a apreciar cuando empezaron a tensarse.
Un claro ejemplo de cine vivo y vibrante que sabe dejarte un dulce regusto a autosuperación en la boca, pero sin llegar a empalagar.
Si tengo que poner un pero es el de que no dejará poso, no se quedará conmigo a largo plazo, pero oye, me ha hecho pasar un muy buen viaje, y eso siempre se agradece.
Dallas
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