Debí prever que el argumento girase en torno al único objetivo de escapar y dejar todo atrás, eso si, sin ninguna premisa más. Me cuesta decirlo, pero por momentos, me sumergí tanto en la historia que me quede anestesiado, dormido, esperando a que pasase algo que nunca pasó (quitando algunas escenas de acción tan simples como intrascendentes). La actuación de Paul es correcta, verosímil, de la calidad de su personaje habitual, pero sin una buena historia... Es como tener un Ferrari encerrado en un garaje... No encuentro la necesidad de contar y desarrollar una historia con tales hechos que para mí son casi intrascendentes e innecesarios, ya que todos sabíamos lo que haría Pinkman, huir, robar el dinero escondido y empezar de cero.. Sé que a muchos fans les encanta este final, el final perfecto para Jesse, la justicia sonriéndole al fin.. La luz al final de túnel.. Pero para mi es relleno y puro tapiz, ya que para mi gusto, lo que hizo realmente especial y diferente a esta serie y a la pareja Walter-Jesse era el poder de influencia y control que tenía el primero sobre el segundo, esa agonía y sufrimiento que veíamos en sus ojos, que nos tenían encadenados a la serie.. Aunque a todos Jesse nos conmovía hasta lo más profundo del corazón , aunque no queríamos admitirlo, en el fondo nos gustaba ver triunfar siempre a Heisenberg. Su evolución de buen hombre hasta el mismísimo demonio era la pieza clave de todo, y precisamente ese proceso era lo que nos tenia drogados, atados de pies y manos capítulo tras capítulo...y con su muerte todos nos morimos con él. Por eso para mi la serie se cerró de la mejor manera que podría cerrarse, y la necesidad de crear un desenlace de copia-pega para que Jesse al fin fuese "libre” ni me convence ni me pega con la trayectoria de la serie. A veces los finales felices no encajan en todo. A veces algo es extraordinario porque terminó como tenía que terminar...