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España España · Madrid
Voto de Pepe L:
7
Thriller Madrid, principios del siglo XXI. Un día, el inspector de policía Santos Trinidad, volviendo a casa muy borracho, se ve involucrado en un triple asesinato. Pero hay un testigo que consigue escapar y que podría incriminarlo. Santos emprende una investigación destinada a localizar y a eliminar al testigo. Mientras tanto, la juez Chacón, encargada de la investigación del triple crimen, avanza meticulosamente en la búsqueda del asesino ... [+]
26 de septiembre de 2011
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
También he sucumbido al aparato propagandístico de Tele 5 -coproductora del invento- y a los entusiasmos etílicos de más de un crítico de prensa, y me he lanzado a ver esta peli en cuanto he tenido ocasión. Nada fácil, por cierto, teniendo en cuenta el limitadísimo número de cines en los que se ha estrenado. Detalle que daba una pista sobre el asunto...

Porque la peli en cuestión no es mala: el personaje de Coronado es de antología (cuánto daría por ver un Trinidad vs. Malamadre), pero el resto del reparto se queda a medio camino y la historia de deshilacha perdiendo credibilidad y tensión conforme se acerca al desenlace.

Da la impresión de que tanto personaje y tanto grupillo criminal terminaron por enredar hasta tal punto el argumento que se alargó más de lo razonable, y los jefes no tuvieron más remedio que cortar por lo sano. Y lo peor no es esa impresión nítida de que hacia el final han metido la tijera a saco, sino el hecho más bien indiscutible de que con los hilos que quedan por atar se podrían escribir varias series de televisión.

También había algo de precipitación en La caja 507, pero la contundencia del desenlace de la trama mafiosa y de la pirotécnia periodística del final, que prefiguró el caso Malaya, dejaba mucho mejor sabor de boca. No es el caso. Quedaba tanto por contar de los personajes (sobre todo de Trinidad, pero también del resto), tantas intrigas que aclarar, tantas tensiones por resolver...

En fin, lo que menos entiendo es que los cineastas de este país sigan haciendo las comedietas de siempre, los bodrios guerracivilistas mil veces vistos y los remedos de cine yankee de terror, y no se enteren de que lo que estamos deseando ver son thrillers ambiciosos y profesionales. Tanto lo deseamos, que cuando aparece un quiero y no puedo como este nos volvemos todos locos y lo vendemos como si fuera la película española de la década.

Pero sigan, sigan, que a este paso a lo mejor terminan acertando...
Pepe L
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