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España España · Madrid
Voto de paki:
9
Drama Georges y Anne, dos ancianos de ochenta años, son profesores de música clásica jubilados que viven en París. Su hija, que también se dedica a la música, vive en Londres con su marido. Cuando, un día, Anne sufre un infarto que le paraliza un costado, el amor que ha unido a la pareja durante tantos años se verá puesto a prueba. (FILMAFFINITY)
12 de enero de 2013
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
A veces voy a ver alguna película con un sentimiento de masoquismo. Creo que voy a ver algo que me impactará, y si es de Haneke, con la sensación, inevitable, de que voy a sufrir. Me parece que, ahora mismo, no hay director más valiente, y no es por sadismo pero es tan sincero, hiperrealista y auténtico que llega a ser doloroso, incluso brutal.

El tema de esta película es la vejez, la decrepitud, la enfermedad, la discapacidad y la muerte. Solamente. Los protagonistas son dos ancianos que parecen muy alejados de todo eso. Cultos, inteligentes, acomodados, enamorados... Viven en una casa luminosa, acogedora e impregnada de su espíritu artístico. Rodeados de belleza y cultura, de libros, música y pinturas, con rincones para conversar, leer, escuchar, disfrutar y compartir una vida serena y equilibrada. Parece el refugio perfecto para transitar por la vejez de la mejor forma posible, a la manera de esos ancianos distinguidos, elegantes y sabios que nos gustaría ser a todos.

Pero entonces sucede la tragedia, o tal vez, simplemente, ocurre algo habitual: la enfermedad, la decadencia progresiva, el miedo al sufrimiento, la pérdida de la libertad, la dependencia de otra persona, la soledad, la impotencia... En esta historia le ha tocado a ella. En algún momento imprevisible se convierte en una criatura cada día más vulnerable, frágil, deprimida y doliente. Le duele una vida horrible que se encamina a una muerte lenta. Él se echa encima el trabajo enorme de cuidarla. Le sobra amor por ella, y emplea toda su ternura, paciencia, voluntad y sentido práctico para conseguirlo, pero es todo tan doloroso... El amor continúa, pero el agotamiento, la tristeza, la soledad, los nervios, la angustia, el dolor vital y físico, y la impotencia son tan incontrolables como el desmoronamiento inexorable de sus vidas.

La interpretación prodigiosa de esos dos actores viviendo a flor de piel marchita, cansada y asustada, la angustia de esa pareja de ancianos en estado de desgracia imparable, me contagió de tristeza y fatalismo. Finalmente, Haneke había vuelto a meter el dedo en la llaga y a mostrar las cosas de las que no hablamos, pensamos ni decimos porque hay verdades en las que preferimos que nos mientan...

Pero que no se me olvide contar que es una historia de amor desde el título hasta el fin. Desde la salud hasta la enfermedad, en la juventud y en la vejez, en la vida y, quizás, hasta más allá de la muerte...
paki
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