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España España · Santiago de Compostela
Voto de mkchan:
9
Ciencia ficción. Acción Noviembre de 2019. A principios del siglo XXI, la poderosa Tyrell Corporation creó, gracias a los avances de la ingeniería genética, un robot llamado Nexus 6, un ser virtualmente idéntico al hombre pero superior a él en fuerza y agilidad, al que se dio el nombre de Replicante. Estos robots trabajaban como esclavos en las colonias exteriores de la Tierra. Después de la sangrienta rebelión de un equipo de Nexus-6, los Replicantes fueron ... [+]
15 de febrero de 2021
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En vez de abordar de forma más tradicional esta crítica valorando una obra cuyas virtudes considero incontestables, me gustaría enfocar este texto como un comentario de lo que resulta, a mi modo de ver, el punto central de esta película, al menos desde el punto de vista conceptual. Es de sobra conocida la existencia de varias versiones de esta película, hasta, si no me equivoco, un total de siete, incluyendo la versión del estreno, el montaje internacional, versión para TV, montaje del director etc. Lo que este breve texto pretende abordar, sin embargo, se puede reducir a lo siguiente: el hecho de si el artefacto narrativo permite al espectador percibir hasta qué punto llega la toma de consciencia de Deckard al respecto de su condición, e incluso más; no únicamente esta proyección hacia el espectador a través de los mecanismos narrativos, si no de una maneral más formal, hasta qué punto esto es dado como concepto constitutivo de la película, o dicho de otro modo, hasta donde la película se permite concebirse a sí misma como reflexión filosófica.

Más allá de posibles ejercicios hermenéuticos por parte de cinéfilos que exploren los diferentes montajes disponibles de esta cinta, creo que se trata de un punto clave que divide este corpus cinematográfico en dos. Resulta esencialmente diferente si interpretamos Blade Runner como una película sobre el proceso de subjetivación de los replicantes o bien, por contra, su ámbito se circunscribe a un simple arco de investigación de género noir incrustado en una estética futurista y estilizada. Por una parte, asumiremos el hecho de que los recuerdos más íntimos no son «verdaderos» sino solo implantados, los replicantes se subjetivan al combinar estos recuerdos con un mito individual, un relato que les permite construir su lugar en el universo simbólico, elevando el orden de pensamiento en el que se resuelve el clímax cuando se enfrentan a su propia muerte. Por otra, operamos con la consabida identificación entre el espectador masculino (pero ante todo, humano) y el héroe protagonista, superposición y transferencia tan característica del cine negro. Esta de más decir que si asumimos primer escenario y el montaje elegido nos propone la subjetivación del replicante, la escisión de la identificación que opera en los otros montajes entre nosotros espectadores humanos y el héroe, derivada de la interpretación más canónica, se manifiesta como un artefacto metafílmico sumamente interesante.

En mi opinión, la clave aquí para identificar estas dos vertientes es que el efecto subversivo, a saber, la difuminación de la línea que separa a los humanos de los androides, gira en torno al cierre de la narrativa, en un bucle mediante el cual el principio predice metafóricamente el final: cuando al comienzo de la película Deckard vuelve a mirar la grabación del interrogatorio de Kowalski, aún no sabe que al final él mismo ocupará ese lugar y se enfrentará al mismo límite siendo observado, esta vez, por nosotros los espectadores. Mientras que, por otra parte, la evasión del cierre de la narrativa en la versión de 1982, los indicios sobre la condición de replicante de Deckard apenas se perciben y, transitivamente, el héroe acompaña al espectador en el mismo nivel en tanto a su condición como persona humana. Esta fuga resulta especialmente clave cuando contempla la muerte del replicante, articulándose un acuerdo tácito y conformista que elimina el elemento subversivo reafirmando, en consecuencia, una narrativa más en la línea del cine noir ortodoxo y más alejada de las reflexiones y temáticas propias del cyberpunk y absteniéndose de lanzar, en definitiva, un desafío de mayor categoría al espectador. Para que esta elevación pueda ocurrir, es necesaria la anagnórisis del protagonista en los términos que establece dicho cierre narrativo, esto es, Deckard terminará siendo consciente de su condición existencial.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
mkchan
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