No sé por qué, en España reciclamos las ideas INFECTAS de otros países (véase el tal Federico Moccia, que sin ánimo de ofensa, no parece más que un escritor romántico rollo Nicholas Sparks) y las intentamos realizar aportando cero inteligencia e interés al asunto.

En conclusión, hacemos una copia de un producto malo y en algunas ocasiones CASI PEOR.

¿El caso que nos ocupa? La historia de siempre. UN CAST EXCESIVAMENTE AMPLIO (sí, el filme intenta contarnos las historias de las amigas de ellas, los amigos de él, las parejas de los amigos de él y los ex-novios de ellas) lo que hace que cualquier personaje nos INTERESE UN COMINO.

La historia de amor narrada a bandazos, amor de INSTAGRAM, más pensado en crear un esquema de amor, cagada y perdón, que en narrar algo realista. Personajes planos y de cartón (todo el mundo explica como el protagonista está destrozado, pero yo no veo en ningún momento semejante cosa) y algunos recursos cómicos (los amigos de él) estereotipados y olvidables.

Por no hablar del patetismo de meter a ambos grupos en mismas situaciones, para intentar que todos los personajes aprendan algo. NO FUNCIONA.

Las actuaciones son también típicas y prototípicas a más no poder (destacaría a Pablo Chiapella, el único al que se ve cómodo al ser su personaje una copia del de La que se avecina) pero el resto no vale un duro.

AH, Y LO MÁS DELICTIVO. La fastidiosa voz en OFF de Ramón Langa. No por la voz, que sigue siendo perfecta sino por la METRALLA MORALINESCA DE HACENDADO que tiene que narrar.

Amor sin aristas, sin cambios, sin grises y con menos interés que una colonoscopia en 2D cutrón.

En fin, comprendo que de algo hay que comer, pero por dios por lo menos, vamos a intentar que sea con intentos propios. En vez de reciclar la basura tóxica de otros países amigos.