Si la primera fue nominada a los Oscars por mejor guión esta estaría nominada a los Razzie por ser bastante olvidable. Creada para aprovechar el tirón de la primera.

Es más de lo mismo, nada que no hayamos visto ya, sus mismas florituras en la gran ciudad y para que sigas creyendo que esto va de un cazacocodrilos australiano tenemos un regreso más que forzado a Australia donde nuestros protagonistas más que huir de un narcotraficante parece que aún están de luna de miel.

Carece de interés hasta tal punto que te dedicas a contar las veces que se pone y se quita las gafas el negro de la peli.

El momento álgido de este tostón es cuando nuestro protagonista se alía con los punks de turno, los mismos que solías ver en las calles setenteras de charles bronson o en las futuristas de Robocop o Mad Max, creo que pensaban que nunca pasarían de moda.

Lo poco que se puede salvar podría haberse incluido en la primera entrega después de los créditos.

Ah bueno, y no aparece ni un cocodrilo...