Con o sin Protágoras y Kurosawa, Pather Panchali es un la portada de un templo hindú llena de detalles minúsculos e intrascendentes, de referencias minuciosas que constituyen la fachada de un mundo interior humanizado: porque se muestra al hombre como es el hombre, sin la épica, revestido de las pequeñas miserias de cada día.

Es una obra maestra, aunque el propio Ray dijo en una entrevista con la BBC que la primera parte del filme está llena de defectos.

No coincido con quien dice que el cine es para contar historias: el cine es para muchas cosas, y entre ellas, para mostrar imágenes. Y si bien la primera parte, la que aburrió al propio Ray, no cuenta nada, sí muestra. Si el cine fuese para contar, entonces no es cine el Perro Andaluz, que tampoco es perro ni es andaluz.

Esto es cine, y del bueno, del que deja huella, del que no se olvida. Me dispongo a ver las otras cintas de la trilogía.