Los fans de la saga de videojuegos tienen motivos suficientes no solo para ver la película, sino para disfrutarla al completo. Rellenando cada uno de los huecos que las entregas han ido creando en sus incondicionales, “Mortal Kombat” puede ser todo lo que deseaban ver en la gran pantalla: luchas sin fin cuerpo a cuerpo, ajustes de cuentas, coreografías cuidadas al detalle y un buen puñado de efectos visuales se dan la mano para crear el punto fuerte de la película: la espectacularidad.

Para aquellos que no sean seguidores de los videojuegos, la película resultará ser una digna película de acción que ofrece todo lo que se espera de ella, pero no porque destaque en algo en particular.

Diseñada a partir de una historia fantástica de lucha entre los campeones de la Tierra y el Mundo Exterior, ocupa sus esfuerzos en recrear, con acierto, un universo que ya forma parte del imaginario colectivo de aquellos que se dejaban sus pulgares en cada partida. Si ser fiel a ese recuerdo preocupaba a los fans, parece que el trabajo ha merecido la pena. La adaptación está cargada de una violencia descontrolada, una brutalidad lógica teniendo en cuenta que basa su éxito en un cuerpo a cuerpo que ya es marca de la casa, y ahí la película mantiene el pulso y gana la pelea, incluyendo los famosos fatalities que siempre han diferenciado a la franquicia de las demás.

No hay motivo para esperar elementos dramáticos dentro de un guion centrado en la batalla, y tampoco para que los personajes intercambien muchas frases entre las variadas escenas de acción. No es ahí donde quiere competir “Mortal Kombat”, sino en el hecho de ser la opción elegida para pasar un buen rato de acción despreocupada y espectacular.