En la continua búsqueda de las ansiadas recaudaciones millonarias y veraniegas, “Escuadrón suicida” es el penúltimo ejemplo, porque siempre hay más, de aquellas películas que parecen anteponer estas taquillas a una creatividad mayor. Y es una lástima cuando en bastantes casos tienen entre manos una interesante historia.

“Escuadrón suicida” es una interesante película, con todos esos malvados, protagonistas absolutos, que en realidad son la antítesis de esos superhéroes que salvan a sus ciudades. Ahora que tenemos tantos justicieros en la pequeña y en la gran pantalla que uno apenas puede distinguir aquellos que tienen poderes con otros que tienen mucha voluntad, y en esta película es un poco así, el espectador nunca sabe si son tan malvados como parecen.

Por supuesto todos tienen un código moral aceptable, por mucho que renieguen de él, y esto les lleva a construir a los guionistas una película que no resulta tan transgresora como nosotros quisiéramos. A pesar de presentar a cada uno como lo peor imaginable, en el fondo todos sabemos que salvarán al mundo de algo peor que ellos, y esto le resta puntos para mostrar ese lado oscuro que otros superhéroes explotan. Todo es divertido y emocionante, pero sería necesario un planteamiento algo más adulto para que no acabe siendo una película de acción al uso.

Algunos con una personalidad más desarrollada que otros, la suerte se la lleva el personaje de Hayley Quinn, con una Margot Robbie juguetona e inocente que merece ese spin-off que tendrá. Los demás tendrán que conformarse con participar en la segunda entrega, si es que todo esto quiere convertirse en una franquicia. Aun así los guionistas tendrán que centrarse en algunos personajes que deben tener un mayor peso en la trama, como Smith y su liderazgo o evidentemente un Jared Leto que debería hacerse dueño y señor de un personaje caramelo como es el mítico Joker, del cual sólo se atisba potencial.

A Ayer no le falta brío en la ejecución, y utiliza los ingentes medios que tiene a su alcance para rodar las escenas de acción de una manera natural. No hay nada que reprocharle, y los efectos digitales hacen el resto. Una película apta para casi cualquier público totalmente disfrutable que cojea un poco en su argumento bastante sencillo y lejos de esos de la oscuridad que conllevan los dilemas éticos y morales.