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España España · Madrid
Voto de Moody:
7
Comedia. Romance Los Ángeles, años 30. En la meca del cine, el joven recién llegado Bobby Dorfman (Jesse Eisenberg), sobrino de un poderoso agente y productor de Hollywood (Steve Carrell), se enamora de Vonnie (Kristen Stewart), la guapa secretaria de su tío Phil. (FILMAFFINITY)
29 de septiembre de 2016
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Woody Allen es un director que levantan casi tantas pasiones entre el público como rechazo despierta resultando ser un genio brillante para unos y aburrido y redundante para otros. Esa capacidad para no dejar indiferente a nadie le lleva a filmar una película al año, ritmo frenético con el que presenta algunos título menores (“Magia a la luz de la luna”, “Irrational man”) intercalando períodos de títulos de gran calidad. Últimamente había caído un poco en la rutina, como si tuviese el piloto automático activado, pero con “Café Society” parece volver por sus fueros.

Esta historia ambientada en el glamouroso Los Ángeles de los años 30s es ideal para la forma de escribir de Allen. Un argumento repleto de personajes que desarrollar, variopintos y con multitud de diálogos brillantes y sin descanso. Una trama que narra cómo un chico de provincia llega a la cúspide en un club mientras se disputa el amor de la protagonista con su tío, un importante productor cinematográfico que le ayuda en su comienzo. Un sencillo guión que sabe cómo y qué explotar en cada momento ayudado por una voz en off que guía al espectador con detalles de la acción. Con esos elementos consigue hora y media de ritmo constante y entretenido.

Allen vuelve a contar con un reparto de campanillas como viene siendo habitual, quién se va a negar a trabajar con él. Escoger a quienes quieres permite pensar en actores específicos y permite también encontrar al actor ideal. Esto le ha pasado con Eisenberg. Al igual que el director, Jesse es tan neurótico y perfeccionista que parece como si Woody estuviera delante de la cámara, un alter ego que es el alma de su proyecto. A su lado también destaca Stewart, bastante distante como suele ser pero con aparentes ganas de consolidar a su personaje ganando protagonismo. No puede evitar ser eclipsada por el encanto y porte de Lively, pero está mejor que en otros trabajos. Allen también se ayuda del gran trabajo de Carell, actor cómico que destaca en casi cualquier registro que haga, siendo un valor seguro por el que apostar.

Esta vuelta a la esencia pura de los trabajos de Allen es un soplo de aire fresco a una prolífica carrera trabajando excelentes diálogos en entretenidas tramas, y “Café Society” reúne ambas cosas para ser una de las mejores películas del director neoyorkino en los últimos años.
Moody
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