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España España · Madrid
Voto de Moody:
6
Drama Finales de los años 90. Joanna, una joven que sueña con ser una gran escritora, consigue trabajo en una de las principales agencias literarias de Nueva York como ayudante de la directora. Entre otras tareas, Joanna ha de responder las numerosas cartas que envían los fans de uno de los escritores de la firma, el mítico J.D. Salinger, autor de “El guardián entre el centeno”. Apartándose del protocolo, Joanna imprimirá a sus respuestas un ... [+]
24 de junio de 2021
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
“El guardián entre el centeno” es, seguramente, una de las obras que más comentarios ha suscitado durante muchos años. Con la obra en mente, “Sueños de una escritora en Nueva York” narra la historia real que unió al escritor con la asistente de su agencia de representación.

A pesar de que esta relación fue sobre todo telefónica, es uno de los elementos más potentes del film. Esa ausencia de contacto en persona se mantiene latente, expectante para la protagonista, que a través de las conversaciones idealiza en cierto modo a un educado Salinger, que dista mucho de su fama de huraño. El hecho de ocultar su rostro es una decisión acertada, reforzando esa aura enigmática que siempre cuidó.

Sin embargo, es la correspondencia que llega a la agencia lo primero en lo que se centra la película, unas cartas que la protagonista lee y con las que se obsesiona, hasta tal punto de imaginar a los remitentes narrándolas. El guion explora este juego para mostrar cómo la protagonista interactuó con ellas, respondiendo de vez en cuando de una manera personal, lo que le da contenido al film y al personaje principal.

La película también se beneficia de tener a dos protagonistas sólidas y creíbles, que convierten sus personajes en algo más que simples roles que interpretar. Siempre se puede confiar en que Weaver te va a dar lo que se espera de ella, una calidad que llena la pantalla fuera de toda duda, y es por eso que la sorpresa sea ver a Qualley al mismo nivel, transmitiendo ingenuidad y delicadeza a partes iguales sin perder la personalidad necesaria. Hay química entre ellas.

Y es que la película muestra principalmente la evolución del personaje de Qualley, que llega a la Gran Manzana con un sueño bajo el brazo que le permite empezar una nueva vida, aunque sea dando un pequeño rodeo. Con determinación todo puede lograrse, podría sacarse como conclusión. Este desarrollo se produce de forma natural, durante toda su duración, porque para “Sueños de una escritora en Nueva York” narrar su historia es sencillo: no merece la pena complicarse cuando un tiene claro lo que quiere contar.
Moody
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