Tras Midnight in Paris, Toma el dinero y corre, Scoop y Granujas de medio pelo me he dado cuenta de que Woody Allen es buen cineasta como dicen pero aún no había visto ni un ápice del que muchos le alzan como el mejor director o de los cinco mejores directores de la historia. Quizás esas pelis no me hayan llegado lo suficiente, no me hayan hecho la suficiente gracia para ser comedias y no haya conectado tanto con los personajes pero por fín llegó la película que mucha gente me recomendaba diciendo que era la mejor de Allen de los últimos años y finalmente me convenció, por fín encontré esa cinta que encajaba con el título que le daban a Allen de maestro.
Desde Jonathan Rhys Meyers y su ingenioso prólogo, hasta la sensualidad de Scarlett Johansson pasando por la pena que transmite el personaje de Emily Mortimer nos encontramos con una cinta soberbia, imprevisible, ingeniosa, original, intensa y ante todo grande. Quizás algunos digan que exagero pero no exagero. Quizás se pueda decir que tras media hora pueda no sorprender dentro de lo que cabe pero luego llega la conexión, la tensión, la obsesión, la ambición, la avaricia, el egoísmo, las mentiras, los secretos y por supuesto todo a través de un ingenioso y talentoso director, Woody Allen. Quien se lea la sinopsis pueda sospechar de estar viendo un telefilm con aires de telenovela pero nada es lo que parece. Estamos ante un drama con tintes de thriller y de intriga que mezcla el amor con la obsesión, el deseo y la ambición.
Una cinta potente tanto en dialogos como en escenas memorables como en la propia dirección de Allen que tratando un tema tan inmoral como lo es la cinta no recurre a lo explícito como abusan otros directores en cuanto a sexo, tacos y violencia. Lanza el mensaje de la forma más correcta y llevando la marca de la casa de incluir música acorde con la cinta sin recurrir a un compositor se lleva una cinta sensacional e increíble además de amarga.
Si me garantizan que en la filmografía de Woody Allen encontraré dramas y cintas imprevisibles como esta, está claro que empezaré desde ya a seguir completando su filmografía de la manera más rápida posible. No soy fan de su humor pero sí me he hecho fan de su campo dramático, un tono que siempre me fascina, género que me llega y me marca. Una película para reflexionar y para darse cuenta de lo increíble que es una historia como esta.
Quizás el hecho de tirar las joyas al lago y el anillo ni lo mires queda un tanto inverosímil e irreal porque normalmente cuando uno tira una cosa a un sitio mira a donde lo tira o al menos eso lo hago yo y la gente que conozco, quizá ese detalle esté metido muy forzado para solucionar la trama que encaje perfectamente con un final a la altura pero claramente se le perdona.
Por fín encontré la cinta de Woody Allen definitiva, espero no defraudarme con el resto de cintas suyas. Muy buena.