Trece años después de la divertida y emotiva Buscando a Nemo, cinta que formó de pleno en mi infancia, llega su secuela, al igual que pasó con Toy Story 3 que pasó más de una década para ver la secuela pues con esta algo parecido y también lo viviremos con Los increíbles 2 en un par de años. No es que se pidiera a gritos esta secuela/ spin-off del personaje olvidadizo de la primera pero había algo de necesidad y curiosidad por conocer algo más en profundidad a este pez cirujano. Stanton vuelve a la carga apoyado por MacLane y vuelve a emocionar y a hacer reír. Empieza de manera emotiva, tanto que casi se me saltan las lágrimas y la piel de gallina por la música de Thomas Newman pero todo se reduce a repetir fórmula, pero funciona. En cierto modo la base de las películas Pixar suele estar establecida, algo o alguien ha desaparecido y hay que encontrarlo o rescatarlo antes de que sea demasiado tarde y pueda acarrear consecuencias. Dory, reconozco que me resultaba muy cargante en Nemo, soy de esas pocas personas que lo piensan y aquí se le coge cariño, empatizo con el personaje y los guiños y chistes ayudan mucho, pasando del océano a un aquarium con unos personajes secundarios tan divertidos como entrañables. El pulpo, los leones marinos y los tiburones dan mucho juego a la película y resultan más graciosos que los peces de la pecera de la primera película (hay escena post-créditos finales antes de nada) y el mensaje de 'Si quieres puedes' está muy presente en unas señas de optimismo y de una oda también a la improvisación. La película es muy emocionante, muy divertida pero es inferior a la original como es normal pero la película es más de lo que uno espera y eso se agradece mucho. Notable.