Ridley Scott vuelve al espacio, tres años después de Prometheus (2012), con esta emocionante aventura en la que Matt Damon acaba siendo el primer humano abandonado en el planeta rojo, en Marte. La verdad es que la película no se me ha hecho nada pesada, y temía que lo fuera cuando empezaban a mencionar términos de temática espacial. Creía que me acabaría perdiendo entre tantas charlas. Y no, ha sido un visionado ligero. Es una cinta de Scott en el que el humor se llega a impregnar mucho en la trama, más que el drama. Junto a Damon, tenemos a un buen elenco de actores y actrices encabezado por Jessica Chastain (se quedó con las ganas de subirse a una nave espacial en Interstellar de Christopher Nolan y aquí ya se le ha dado esta oportunidad), Kate Mara (vista hace poco en una nueva adaptación para el cine de Los 4 Fantásticos), Chiwetel Ejiofor (visto, por ejemplo, en la cinta 2012 de Roland Emmerich, bastante infravalorada, personalmente hablando), Kristen Wiig (una actriz cómica que también se le da bien el terreno del drama), Jeff Daniels (creo que este actor se apunta a todas, tanto le da que sea un drama como una comedia, queda bien en todos los géneros), Sebastian Stan (en el film Ricki interpreta al hijo del personaje de Meryl Streep), Mackenzie Davis (no sigo la serie Halt and Catch Fire, pero creo que es una de las protagonistas, y en la película que nos ocupa la chica se defiende bien lo poco que aparece), Michael Peña (el amigo de Ant-Man soltando sus gracietas, es ese secundario que pone la guinda de gracia cada vez que aparece en pantalla) y Sean Bean. Qué cosas, en el tráiler creo que Bean es el único del grupo que no se le hace mención (al menos, no le pude ver), y para mí ha sido toda una sorpresa verle en pantalla y encima su personaje no me ha llegado a aburrir.