Los zombis que crearan allá por el año 2002 la Corporación Umbrella vuelve, y ahora son más y más fuertes. Es curiosa la evolución a la que ha sometido su director a estos seres. Ahora parece que se han vuelto inteligentes, e inteligentemente, válgame la redundancia, Anderson ha vuelto a recuperar la esencia de la saga. Además, el 3D hace su entrada, y de que forma. Tanto objetos como personajes parecen cobrar vida en la pantalla, aunque me ha parecido que el 3D se ha nutrido demasiado de la cámara lenta que, por un lado, bien, porque a uno le da tiempo de disfrutar de esa profundidad, pero por otro lado, parece que la película únicamente cuenta con eso y denota una falta de trama absoluta. Pero bueno, sabía perfectamente a lo que iba, así que aunque me queje, tampoco me ha parecido un uso abusivo. Los personajes en su línea, correctos y acertados, y los sustos mínimos, pero suficientes para hacerme saltar en la butaca. Como ya dije, hecho en falta algo de trama que, al principio se observa más y, según va llegando el final, va desapareciendo. Por cierto, aparte del 3D, Resident evil sigue contando con muy buenos efectos y sigue también sin perder esa esencia de videojuego del que nace. En resumen, entretenida y sorprendente en 3D.