Celda 211 ha supuesto un soplo de aire fresco para el cine español. Nos presenta, por un lado, el drama de un grupo de presos y, por otro, la angustia de un futuro funcionario al verse encerrado en pleno motín. Daniel Monzón consigue un trabajo casi de sobresaliente, con un buen guión (anteriormente novelado) que consigue adaptar de forma bastante aceptable. Los personajes son sucios, abruptos y toscos, justo lo que necesita la obra. No se para en adornar, sino en presentar la situación tal cual es. Los actores, unos mejores que otros, ayudan a conseguir ese ambiente... ¡qué decir de Luis Tosar que no se haya dicho ya!. Su "Malamadre" pasará a la historia como uno de los mejores personajes en el cine español moderno. Su interpretación supera todas las expectativas... y sobre su voz no hace falta ni pronunciarse. Por el otro lado, Alberto Ammann no me gustó demasiado, lo vi demasiado soso en su papel, no me terminó de convencer... ni siquiera cuando todo se pone al rojo vivo... El resto de personajes acompaña muy bien a la trama. La historia transcurre a un ritmo correcto y las localizaciones de grabación están muy bien escogidas...
Celda 211 es una pequeña maravilla del cine español del siglo XXI... y sus 8 Goyas bien lo denotan.