Luego de "Wild Indian" me he topado con esta película que también tiene el mérito de la síntesis y de saber usar apenas 75 minutos para desarrollar un tema con todas las implicancias argumentales, emocionales, actorales y dialogables. Valga toda la cacofonía.

Porque esta película, serena, calma y no estridente, es muy difícil de clasificar, puesto que arranca como un drama de bajo perfil y en los últimos quince minutos finales acaba en algo así como un "thriller psicológico", en el que las vueltas de tuercas no son un golpe de efecto, sino más bien elementos funcionales a una mejor comprensión de la historia previa, que venía muy deslavada.

Hay, sí, alguna zona oscura. Por lo menos para este anciano que no sabe cuántas neuronas aún le quedan vivas, y por eso no se termina de entender muy bien el por qué de la autoflagelación en el brazo del protagonista (espero que esto no se considere spoiler, porque de lo contrario toda la reseña irá al tacho de basura).

Amarga en su implicancia, triste en su narración y dura de leer su historia, este filme es empero un canto a la esperanza. Lo que, por supuesto, no implica un final feliz pero sí esperanzador.

Es una obra modesta, escondida en oscuros rincones de producción pero que valen la pena ser vistas. La recomiendo sin reservas.