Película maravillosa, que retrata como nunca se ha hecho en el cine el motor de una época -eje motivacional de la colonización en américa-: la enloquecida epopeya de la búsqueda.

¿Búsqueda de qué? Búsqueda de la legendaria tierra de El Dorado, búsqueda del oro, búsqueda de la gloria, búsqueda de un espacio de trascendencia, de todo un poco, quizás nada de eso y puro narcisismo, la verdad no lo sé. Solo sé, que en esta maravillosa película se respira la búsqueda del colonizador español en américa como en ni otra; con sus certezas, con sus contradicciones, con sus dudas e incertidumbres.

Se recomienda no ver la película con un análisis del siglo XXI de lo que sucede ahí, sino que meterse en los personajes desde la mentalidad de la época, ¿Cuál es la mentalidad de esa época? Esa es una pregunta que esta película, como ni otra, ayudará a responder.

Kinski hace una representación extraordinaria del colonizador español del siglo XVI, su personaje del vasco Lope de Aguirre es simplemente de una realización sin comparación. El cansancio que el actor experimento con el rodaje, con el director y todo lo que rodeo la filmación se tradujo en una excelente interpretación del cansancio que se debe producir en una expedición que parte de las montañas de Perú rumbo a las selvas del Amazonas.

Herzog logra una narración brillante (la película está totalmente lograda) de la cólera del conquistador español delirante, que en búsqueda de la gloria, termina descendiendo a los infiernos.