Una película para disfrutarla y plantearse muchas cosas de nuestras vidas. Resulta muy filosófica tratando temas tan trascendentales como la presencia de Dios, el amor, la muerte o la supervivencia. Tiene diálogos que son casi monólogos donde no sobra ni una sola palabra. Está muy bien estructurada, y la música no deja indiferente a nadie. Las imágenes son muy reales, parece que te envuelve y estás allí con ellos. Casi que lo sufres también. El guión está hecho con una gran dulzura.

Existe una gran armonía entre el desarrollo de la historia, la evolución de los personajes, la música y el desenlace. No se limita a terminar, pues una vez lo hace, es como que continúa dando más datos.

Cuando terminas de verla es inevitable comentarla con tus acompañantes porque da mucho de sí para un debate. De las mejores películas españolas que he visto en mi vida.