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Voto de antonalva:
8
7,1
9.038
Animación. Aventuras. Drama. Fantástico Historia muda sobre un náufrago en una isla tropical desierta, poblada de tortugas, cangrejos y aves. La película cuenta las grandes etapas de la vida de un ser humano. Debut en el largometraje del animador Michael Dudok de Wit (ganador del Oscar por su cortometraje "Father and Daughter"). Una coproducción de varias productoras francesas y el Studio Ghibli. (FILMAFFINITY)
21 de enero de 2017
28 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Concisa y precisa, ensoñadora e imaginativa, singular y asombrosa… al tiempo que de una llaneza cautivadora. Sin diálogos pero no muda, parca en digresiones o circunloquios, se concentra en contar una sencilla historia con mínimos personajes y decorado casi único, pero rebosante de delicadeza, primor e ingenio. Adopta un punto de vista sereno ante la adversidad, destapando en su afable recorrido el tarro de las esencias como un bálsamo arrebatado que te va envolviendo y hechizando como una mágica noche de luna llena o como un deleitable atardecer refulgente al borde de un acantilado recóndito y paradisíaco. Y, en este caso, no se debe confundir sencillez con simpleza porque la naturalidad de esta cinta es fruto de un elaborado proceso de síntesis, optando siempre por la belleza de la puesta en escena y descartando cualquier afectación o solemnidad.

El meticuloso y esmerado embrujo de sus imágenes es soberbio. Nada queda al azar en este azaroso periplo por la supervivencia, donde reina el amor como esencia redentora de la vida, que nos hace llevaderas las penalidades o estrecheces y nos devuelve una ilusión radiante que nos reconforta y reconcilia con el mundo y la existencia. Ofrece poesía en movimiento, de una dulzura abrumadora pero para nada empalagosa ni preciosista, sino adentrándose por los senderos de la metáfora, de la sugerencia, de la imaginación y de la sorpresa evanescente con un aplomo y una gracia que no dejan de fascinar en ningún momento. Hacía tiempo que no se utilizaba la animación con semejante derroche de inventiva, inspiración y finura, en donde realidad y sueño se funden en una unidad maravillosa que deja atónito y agradecido al espectador más exigente e intratable.

Fábula llena de encanto, embeleso y hechicería. Nada sobra ni nada falta, es perfecta en su brevedad que, sin embargo, contiene y refleja el ciclo natural que nos configura y determina. Hay que verla para creerlo. Merece un lugar en el corazón de todo amante del buen cine, que no en vano también se denomina – sin saber bien que puede significar hasta que se visiona una joya como ésta – ‘fábrica se sueños’. Es un regalo para los sentidos y un virtuoso torrente de perfección que dejará satisfecho al paladar más severo. No deberían perdérsela, sobre todo si la edad adulta pesa y no se quiere perder toda esperanza. Milagrosa.
antonalva
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