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Voto de EuTheRocker:
7
Bélico. Drama Autobiografía del marine SEAL Chris Kyle, un tejano que batió el récord de muertes como francotirador del ejército norteamericano. Kyle fue enviado a Irak con la misión de proteger a sus compañeros. Su puntería y precisión milimétrica salvó incontables vidas en el campo de batalla, por lo que se ganó el apodo de “Leyenda”, pero la noticia de sus hazañas llegó hasta las filas enemigas. Se puso precio a su cabeza y se convirtió en ... [+]
23 de febrero de 2015
25 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que Clint Eastwood es una leyenda viva del séptimo arte es una realidad que no debería sorprendernos a nadie. Su talento para narrar historias está fuera de cualquier atisbo de duda, y es uno de los realizadores que mejor saben enlazar la dimensión más dramática y emocional del relato con la vertiente más comercial, consiguiendo de ese modo congraciarse con la crítica y con el gran público a partes iguales. Por eso, cada estreno suyo es recibido con cariño, respeto y admiración, lejos de ideas preconcebidas y juicios de valor anticipados.

Sin embargo, este año, muchos fueron los que clamaron al cielo cuando llegó a nuestras pantallas "Jersey Boys", el biopic musical sobre Frankie Valli y los Four Seasons, en el que el longevo director se asomaba a un nuevo género con resultados que no satisfacieron a todo el mundo, lo que llevo a los falsos profetas del apocalipsis cinematográfico a vaticinar el declive en la carrera del hombre que parió "Sin Perdón". Pese a que un servidor, como melómano que es, disfruto de aquel título, si percibió síntomas de agotamiento en el tono empleado en aquella película, motivo por el que la llegada a nuestras pantallas de ese "American Sniper", suponía un salto de fe para recuperar la confianza en uno de mis directores más queridos.

Avalada por su arrollador éxito en el mercado norteamericano, y por el reconocimiento de la crítica en forma de nomaciones a los premios de la Academia, nos frotábamos las patitas como moscas acechando lo nuevo de Eastwood. Y una vez disfrutado el regalo que nos ha hecho el bueno de Clint, hay que reconocer que el que tuvo, retuvo.

Es cierto que no estamos ante una joya dentro de la filmografía del director. Sin embargo, muchos de los elementos que uno busca encontrarse en uno de sus títulos, asoman la cabeza sin miedo en este biopic del soldado de los Seals, Chris Kyle. Eastwood aporta su talento para construir una narración que avanza a saltos entre el cine bélico y el drama familiar sin que la historia se resienta en su ritmo ni en su sentimiento. Con esa capacidad que tiene para mezclar la violencia, con la condena de la misma en un ambiguo juego de intenciones que funciona como crítica a la crueldad del ser humano, Eastwood confirma su gusto por la acción a la vez que consigue plasmar detalles antibelicistas en una cinta que, por otra parte, termina abogando por un espíritu patriótico que, en cierta medida, resta lustre al mensaje que pretende trascender la pantalla, convirtiendo las balas lanzadas contra ese juego estúpido que es la guerra, en metralla al servicio de la causa de su nación, motivo por lo que algunos no han tardado en acusarla de propagandística. Algo que creo que se consigue esquivar gracias al desarrollo psicológico que se lleva a cabo del personaje de Kyle, que resulta bastante completo, aunque no arrollador, en esa muestra del efecto que el ideal puede ejercer sobre el individuo si consigue superponerse a él, destrozando su psique en un juego emocional que consigue, en la figura de Bradley Cooper, componer un personaje complejo cuya presencia en pantalla consigue imponer su fuerza emocional a su imponencia física.

Todo ello con un despliegue de medios al servicio de la historia que consiguen plasmar muchos momentos de gran cine de acción para una cinta que sabe jugar sus puntos fuertes con un ritmo constante y en continuo crescendo. El sonido, los efectos visuales y los digitales saben convivir al lado de el perfil más sentimental de la trama, demostrando la magia de un director que en esto del séptimo arte, no es para nada un novato. Una cinta que pese a su remanente patriótico, se disfruta por lo que es, y por lo que implica: que aún tenemos Eastwood para rato.
EuTheRocker
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